Dr. Iván Nazarala Rodríguez:
“Si uno quiere acercarse a sus pacientes tiene que entender sus emociones”
Es un hecho que, a través de los siglos, la literatura y la medicina han caminado juntas, interesándose ambas por la vida y los problemas del hombre. Hipócrates, el más famoso médico de la Grecia antigua, en su búsqueda por sistematizar esta disciplina, realizó una interesante comparación entre el ejercicio de la práctica médica y el drama, llegando a la conclusión de que en ambas intervienen tres actores: el paciente, el médico y la enfermedad.
De hecho, muchos escritores han abrumado a sus personajes con un sin fin de enfermedades, con objeto de incorporar crisis y conflictos a los argumentos de sus obras y, a la inversa, los médicos han utilizado su experiencia clínica como fuente de inspiración de grandes escritos.
La especial actitud para estudiar la naturaleza humana es una de las principales razones que explican el acierto literario que, con frecuencia, demuestran poseer los médicos, ya que la práctica de la profesión fomenta el espíritu de observación, rasgo esencial que todo buen literato debe poseer.
Numerosos médicos, algunos de renombre mundial, se consagraron como verdaderos escritores, los que no establecieron una división entre las humanidades y las ciencias. Entre ellos podemos mencionar a Hipócrates, François Rabelais, Sir Thomas Browne, Tobias Smollet, George Crabbe, Johann Wolfgang von Goethe, Saint-Beuve, Blackmore, Oliver St. John Gogarty, Arthur Conan Doyle, Somerset Maugham, Louis-Ferdinand Céline, Antón Chejov y John Keats.
En nuestro país, también tenemos representantes de esta tendencia. Dentro de ellos podemos destacar al doctor Iván Nazarala Rodríguez, médico psiquiatra de Valparaíso, que realizó sus estudios en la Universidad de Chile y que se perfeccionó en la Universidad de Edimburgo y Sheffield, gracias a una beca del British Council; y en la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos.
Su afición por la literatura, de la cual se confiesa autodidacta, lo llevó a ganar el primer premio en la categoría poesía y una mención honrosa en la categoría cuento en el Concuerdo Literario para médicos de la V Región organizado por Laboratorios SAVAL el año pasado.
Después de unos meses se decidió a publicar el libro PA S.O.S., que es fruto de la recolección de textos escritos en tiempos de nostalgia, aburrimiento o escape en tiempos de universidad, especialización en el extranjero y el día a día.
“En este libro hay muchas cosas de juventud, muchas cosas que escribí en clases, porque debo reconocer que hace muy poco me di cuenta que tengo un déficit atencional, entonces las clases las aguantaba máximo 30 minutos y después empezaba a escribir”, confiesa el psiquiatra.
Como hace referencia Sara Vial en la introducción del libro “todos los psiquiatras deberían ser poetas. De ese modo nos sería más fácil llegar a ellos y ellos a nosotros”.
- Doctor Nazarala ¿qué lo llevó a especializarse en el área de la psiquiatría?
- Es una pregunta muy difícil. Yo diría que entré a estudiar medicina, pensando en ser psiquiatra. No me costó mucho la decisión, porque estaba convencido. El por qué, no lo sé. Siempre he tenido una gran tendencia humanista, por lo que ese lado de la psiquiatría me fascinó. Además, tuve la gran suerte de estudiar en la Universidad de Chile cuando se creó el Instituto de Antropología Médica dirigido por el doctor Franz Hoffmann y donde conocí al doctor Claudio Naranjo quien con sus enseñanzas y experiencia terminó por convencernos a mí y otros compañeros a dedicarnos a esto que tiene que ver con el ser humano y la profundidad de las personas.
- ¿Cuáles han sido los hitos más importantes que ha experimentado Usted como psiquiatra?
- Bueno, yo creo que mi formación en el extranjero. Primero con una beca del Consejo Británico que me permitió estudiar psiquiatría de la comunidad en Edimburgo, lo cual fue muy importante, porque me ayudó a tener una percepción social de la psiquiatría. Algo totalmente distinto a lo que se hacía entonces. Y luego, gracias a la beca en la Universidad de Johns Hopkins en Estados Unidos, pude tener una visión un poco más biológica, social y cultural del problema de drogas. Pero, sin duda, la experiencia que me ha sido más grata es el haber participado en la fundación de la Corporación Dr. Carlos Bresky, una corporación de rehabilitación donde pude reunir las cosas que he ido aprendiendo dentro de la psiquiatría comunitaria en Escocia. Este centro es como un pequeño legado que dejo a la rehabilitación de los pacientes.
- ¿Cuándo nació su interés por las letras?
- Ha existido siempre, incluso antes que la medicina. Yo vengo de una generación que no tenía televisión, donde la única entretención era leer o jugar con los amigos. A mí me interesó siempre leer. Mi capacidad de fantasía era bastante grande, así que viajé mucho leyendo. Yo no sé qué pasaría hoy con este mundo de la televisión y los chat.
-Y se ha preguntado que habría pasado con Usted si hubiese vivido en esta generación
- No sé, pero creo que aún hay jóvenes que disfrutan con la lectura. Tengo el caso de mi hijo que, a pesar de haberse criado en este mundo actual, es aficionado a la lectura y es capaz de escribir bien.
- Al momento de escribir, ¿cuáles diría que son sus principales influencias literarias?
- Hay muchos escritores que admiro. Sería una arrogancia decir que yo tengo influencias. De la poesía nadie puede estar ajeno a Pablo Neruda. Me gusta mucho Gabriel García Lorca y Swinburne, que es un poeta inglés poco conocido y, por supuesto, Baudelaire.
- En qué momentos suele disfrutar de este arte
- Nunca he disfrutado mucho de él. Lo máximo que he hecho es escribir un libro. Siempre he escrito, pero nunca lo compartí con nadie ni participé en talleres. He tenido la satisfacción de ganar algunos premios en concursos de aficionados, como el organizado por Laboratorios SAVAL el año pasado, por eso me reconozco un escritor muy pequeño todavía.
- ¿Cómo compatibiliza estas aficiones con su quehacer médico?
- No son excluyentes, o sea, un psiquiatra tiene que tener poder de observación y de descripción y de comprender psicológicamente a las personas. Esta base también se da en la literatura. Creo que esos elementos son los que unen a ambas disciplinas.
- Este año lanzó su libro Mis PA S.O.S., qué nos podría contar sobre él
- Me decidí a publicar este libro, porque encontré una serie de escritos antiguos que iba a botar. Pero me di cuenta que tenía la computadora, que era una excelente herramienta para almacenar. Guardé todo, redacté un par de cosas más y un día dije que me iba a ser un regaló a mí mismo… junté un poco de plata e imprimí este libro.
- Doctor, y este libro se encuentra a disposición del público en librerías
- No, no lo quise poner en venta. No por decepcionarme, sino que porque había una serie de gestiones que hacer para ello y porque pensé que no iba a ser un libro de interés general. Entonces preferí no exponerme a algo que yo odio mucho: el mercado. Se lo he regalado a algunos amigos y a aquellas personas que yo creo que pueden apreciarlo… espero no haber torturado a nadie.
- ¿Por qué el nombre de este libro Mis PA S.O.S. ?
- Porque, yo me relajaba escribiendo. Entonces la literatura se transformó para mí en un S.O.S, por eso se me ocurrió el nombre.
- La literatura sigue siendo la mejor lectura y bibliografía de un psiquiatra que no se conforma solamente con una solución farmacológica y aspire a comprender que pasa dentro de la mente de un paciente…. ¿Cómo llega es esta interesante conclusión?
- Esta premisa es algo muy simple. Si uno ve en un libro de psiquiatría hay una muy buena descripción de los fenómenos, pero no hay una buena descripción de las emociones, porque éstas no se pueden describir. Entonces, si una persona no ha experimentado el proceso de los celos, difícilmente los podrá entender. Pero hay algunos artistas que se han aproximado como Shakespeare en Otelo o Dostoevsky en Crimen y Castigo. Hay escritores que han logrado acercarse a las emociones de forma bastante certera. Si cualquiera lee En busca del tiempo perdido, donde Proust describe el proceso de despertar de las personas, algo que no se puede encontrar en ningún libro de psiquiatría, sólo a través la literatura. Como científico, si uno quisiera describir ese proceso, no conseguiría obtener esa comprensión que uno puede obtener leyendo, por ejemplo, a Proust.
- Y esta premisa que acompaña la contratapa de su libro es una especie de “deber ser” de la especialidad…
- Claro, yo creo que sí. Y creo que es algo compartido por muchos colegas. Pero la psiquiatría de hoy está cada vez más biológica, por eso es tan importante comprender en este sentido. Si uno quiere acercarse a sus pacientes tiene que entender sus emociones.
- Por último doctor, ¿Cuáles son los proyectos literarios en los que se encuentra trabajando actualmente?
- Si mi presupuesto alcanza, claro que sí. Yo tengo un proyecto que se une también con la psiquiatría. Tengo una página web en la cual contesto inquietudes de los pacientes y pienso hacer un libro en base a eso, pero sigo escribiendo algunos cuentos y poesía.
