Dr. Daniel Abumohor Dibán:
“No sacamos nada con incentivar el deporte, si no enseñamos a comer correctamente”
De acuerdo con cifras oficiales más de tres millones de chilenos son obesos, tratándose en su mayoría de niños y jóvenes. En el marco de esta alarmante realidad, se han tratado de realizar diversas campañas en todo el mundo con el fin de mitigar esta verdadera pandemia.
El doctor Daniel Abumohor Dibán, destacado pediatra y nutriólogo de la V Región, se enfrenta a esta realidad todos los días. No sólo en su consulta, “basta con mirar a la gente en la calle para darse cuenta de que este es un problema grave, que si no empezamos a abordar como corresponde, se nos va a ir de las manos”.
La obesidad es atribuible a varios factores, entre los que se encuentran la modificación mundial de la dieta, con una tendencia al aumento de la ingesta de alimentos ricos en azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes.
A pesar de que la obesidad es uno de los 10 riesgos para la salud más fáciles de prevenir, la cantidad de personas obesas sigue aumentando. “Este es un tema que ha mí me gusta mucho, porque yo fui obeso de niño. Sé lo que significa y los problemas que acarrea, por eso me he dedicado fuertemente a estudiarlo”.
Si bien no fue algo que lo obsesionó, confiesa que siempre le preocupó. “Durante años he tratado de encontrar respuesta a muchas cosas. Y ahora las tengo”, recalca.
Por esas cosas de la vida durante un viaje a Argentina descubrió un libro de Michel Montignac –un hombre que siendo niño obeso e hijo de padre obeso- decidió comenzar una investigación sobre la nutrición para perder peso: fue el primero en utilizar el concepto de los índices glicémicos en el adelgazamiento.
Desde entonces, es un seguidor de este método que, según confiesa, a él mismo le ha ayudado a dejar atrás sus problemas de salud. Para hablar sobres éste y otros temas, el doctor Abumohor sostuvo una distendida y pedagógica conversación con SAVALnet.
- Doctor, el que nuestro país ocupe el segundo lugar dentro de los países con altos índices de obesidad en Latinoamérica es algo preocupante. ¿Qué ha cambiado tanto en la alimentación que ha llevado a nuestro país a este nuevo y complejo escenario?
- Básicamente, la obesidad es un fenómeno cultural. Yo fui obeso de niño y, sin embargo, me doy cuenta que la obesidad que yo tenía no tiene nada que ver con el problema que tiene la gente ahora. Teniendo más acceso a la comida, comemos cada vez peor.
- ¿Como así?
- Te pongo un ejemplo. Mi abuela hacía mayonesa en la casa y a ella no se le hubiese ocurrido nunca agregarle azúcar. Hoy, tú compras una mayonesa y, además de grasa, ésta tiene adicionados entre tres y cuatro azúcares. ¡Que aberrante combinación es esa!, yo no la entiendo. Desde hace muchos años nos dijeron que las calorías y las grasas eran los culpables del problema y dentro de todos los hidratos de carbono, el azúcar. Por eso, empezamos a crear una cultura light que, evidentemente, es un fracaso tremendo. Si te fijas las cifras de obesidad han aumentado grotescamente y las patologías asociadas a este problema también: la hipertensión, los trastornos del colesterol, los infartos al miocardio, o sea, de una u otro manera, esta forma de cuidarse no ha servido.
- ¿Por qué no ha servido?
- Yo creo que es porque el enfoque está equivocado. Porque el camino light apunta hacia la reducción de las grasas, pero ellas no son las responsables de la obesidad: son los azúcares. Las calorías no explican la obesidad. Además, hay que recordar que no existía la cultura de la comida rápida, del yogurt, de los cereales procesados, no teníamos televisión y hacíamos más actividad física. Todo eso también está directamente asociado.
- Entonces todo lo que se nos ha dicho durante todos estos años está mal…
- Exactamente, porque si estuviéramos en lo correcto no tendríamos las cifras que tenemos ahora y habríamos derrotado a la obesidad y a las patologías asociadas como la diabetes, la insulino resistencia y otras cosas. Todas las “dietas famosas” que aparecen en libros y revistas están basadas en la dieta hipocalórica, porque nos han enseñado –muy equivocadamente- que el cuerpo es una balanza. Por lo que es muy fácil decirle al paciente “coma menos y gaste más”. Si tú me dices que eso solucionó el problema, entonces estamos bien. Pero las cifras que tenemos de éxito no sobrepasan el dos o tres por ciento de todos los pacientes. Yo creo que con esas estadísticas, tenemos que hacer una buena autocrítica de lo que se está haciendo. El cambio cultural ha llevado a que tengamos estos índices y para mí esto se debe, principalmente, al tipo de dieta que se está llevando. No sacamos nada con incentivar a un niño a que haga más deporte, si en definitiva no le estamos enseñando a cómo debe alimentarse correctamente.
- Según uno de los últimos informes sobre obesidad, difundido por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), alrededor de un 30 por ciento de la población en Chile tiene sobrepeso. Como pediatra, de qué manera aborda esta problemática con los pacientes y sus familias
- Bueno, a través del Método Montignac que, a mi juicio, es extraordinario.
- Es un hecho que para bajar de peso no basta con cerrar la boca. Este cambio, podríamos decir “cultural” hay que asociarlo a actividad física y al conocimiento de lo que comemos. ¿De qué se trata el famoso “Método Montignac”?
- Si lo queremos explicar en dos palabras: se trata de seleccionar los hidratos de carbono de la mejor forma posible, en base a la utilización del índice glicémico de los alimentos, que es una medición que se ha hecho experimentalmente para cada alimento en comparación con la glucosa pura. El Método Montignac no es una dieta en el sentido tradicional de la palabra. Las dietas tradicionales implican una serie de limitaciones a nivel cuantitativo que son imposibles de mantener por un largo periodo, en cambio, esta es una nueva forma de alimentación perfectamente equilibrado y sin restricciones que consiste en cambiar las costumbres alimenticias. No se trata de comer menos, sino de comer mejor escogiendo los alimentos más adecuados, porque hay alimentos que producen una gran alza en la glicemia y otros que no. Este es un concepto sencillísimo, porque me permite explicar cosas que antes no tenían respuesta.
- Y esto que pareciera ser tan obvio, ¿por qué no se aplica en forma transversal dentro de la comunidad médica?
- Esto es un dilema para mí, quizás una de las explicaciones de la resistencia es porque Michel Montignac no es médico. De hecho ha sido bastante atacado en Europa, porque para muchos no es un experto en nutrición. Pero tiene una cualidad interesantísima: tú para resolver un problema tienes que tenerlo. Él fue obeso y de tanto meterse en el tema terminó escribiendo un libro. Cuando yo como médico leo el libro y me cambia 180° grados la visión de la nutrición, no puedo dejar de pensar que los que estábamos equivocados éramos nosotros y tenemos que ser humildes para reconocer que el tipo le dio en el clavo.
- Doctor, y cómo se encontró usted con Montignac
- No sé si deba decir por casualidad, porque las casualidades no existen. Algo me dijo que ese verano fuera a la montaña. Me fui de vacaciones a Bariloche. Tú sabes que Argentina es un país conocido por sus librerías, me metí a una de ellas y empecé a ver todos los libros de nutrición y me di cuenta que casi todo lo que había ahí lo había leído y no me aportaba nada nuevo. Hasta que de repente me encuentro con este libro que con un título tan poco interesante “Comer, adelgazar y mantenerse” en la contratapa decía algo así como “este método ha sido exitoso, porque está basado en los índices glicémicos”. Yo hice un magíster en nutrición y nadie me explicó nada sobre esto, así que me lo llevé. Lo guardé varios días y cuando venía de vuelta desde Osorno a Viña del Mar tomé el libro y quedé sorprendido. Llegó como caído del cielo. Yo cuatro meses antes ya tenía el problema de la insulina resistencia, estaba haciendo dieta hipocalórica y estaba sufriendo lo mismo que padecen los obesos y con esto cambió mi vida. Tuvimos siempre la información, pero nadie la vio.
- Por último doctor, de qué manera se puede crear conciencia en las personas de que este es un tema serio
- Quizás lo más difícil para hacer un trabajo es convencer a la gente, porque esto implica un cambio desde la casa. Yo creo que resulta un poco complicado el estar haciendo distintas comidas para los distintos miembros de una familia de acuerdo a sus patologías. ¿No será mejor hacer una sola comida que sea saludable para todos y que además sea rica?. Si los flacos también tienen que cuidarse.
