https://www.savalnet.cl/mundo-medico/entrevistas/12276.html
12 Mayo 2008

Dra. María Antonia Bidegain Santolalla:

“Es momento de identificar estrategias para prevenir el daño renal”

Nacida en la ciudad de Puerto Montt, la doctora María Antonia Bidegain Santolalla ha dedicado gran parte de su vida a la medicina, carrera que estudió en la Universidad de Concepción en una época en la que las mujeres tenían cupos limitados.

Su especialización la realizó en el Servicio de Pediatría del Hospital Regional de Concepción, dependiendo –desde el punto de vista académico- de la Universidad de Concepción.

Durante el transcurso de su beca, el mal pronóstico y destino que tenían los niños insuficientes renales crónicos la llevaron a especializarse en esta área tan puntual de la nefrología. “En el tiempo que yo hice la beca, entre 1976 y 1979, la epidemiología chilena era totalmente diferente a la actual. Los niños que tenían un handicap, como era una enfermedad renal crónica, más aún en etapa de insuficiencia ante cualquier cuadro intercurrente fallecían y esa fue una de las cosas que más me motivó en especializarme en esto, porque en VIII Región, en ese momento, sólo había un pediatra que se dedicaba a nefrología infantil”, confiesa la profesional.

La nefrología infantil es una especialidad joven en comparación a otras disciplinas médicas. Desde la segunda mitad del siglo XX, nuestro país experimentó un proceso de transición epidemiológica en la que las enfermedades crónicas cobraron progresivamente mayor relevancia a consecuencia de la reducción de la mortalidad por desnutrición, enfermedades infecciosas e inmunoprevenibles y patologías perinatales.

Para conversar sobre este tema, la doctora Antonia Bidegain se entrevistó en la ciudad de Concepción con SAVALnet.

- Doctora, a su juicio, ¿Cuál es el rol que juega el pediatra en la prevención de la enfermedad renal infantil?
- Yo creo que es fundamental. Verdaderamente, hoy, la epidemiología de la salud chilena ha cambiado. Cada vez más el pediatra tiene un rol preventivo y educador y dentro de ello es fundamental, por ejemplo, que el pediatra esté capacitado para conocer las diferentes formas con las que se puede presentar la enfermedad renal, dado que no siempre esta patología es, desde un comienzo, sintomática clínicamente. Puede pasar mucho tiempo en una etapa subclínica. El otro rol importante del profesional, es saber identificar aquellos niños que tienen un riesgo especial de sufrir una enfermedad renal crónica. Saber interpretar y solicitar oportunamente los exámenes que puedan darle señales de que existen marcadores de daño renal y, fundamentalmente, por la frecuencia que tiene la infección urinaria saber diagnosticar y tratar oportunamente con el mejor estudio aquellos niños que presentan una infección urinaria.

- ¿De qué manera es posible identificar a los niños con potencial riesgo de ERC?
- Los niños que pueden tener un riesgo mayor de presentar en algún momento de su vida una ERC son aquellos, por ejemplo, que nacen con un peso muy bajo o aquellos que reconocen, entre sus antecedentes familiares, patología renal de origen genético.

- Podría decirse que hay un porcentaje de niños con una predisposición genética para desarrollar una ERC...
- Obviamente, por ejemplo, existen enfermedades renales que se trasmiten por herencia como el Síndrome de Alpont o la enfermedad poliquística, por nombrar algunas. Otro antecedente importante de recabar en la anamnesis de un niño, es saber los antecedentes del nacimiento. Hubo o no asfixia, lo cual condiciona la probabilidad de que haya tenido una insuficiencia renal aguda al nacer; requirió de cateterismo, que puede favorecer trombosis por ejemplo, de venas y arterias umbilicales; la existencia de malformaciones congénitas como las uropatías obstructivas; o la presencia de riñones pequeños al nacer ya sea por displasia o hipoplasia. En los niños mayores el antecedente, por ejemplo, de enfermedades sistémicas como el lupus, la diabetes que sabemos que se asocian a daño renal.

- Respecto a los marcadores de daño renal, que nos podría comentar de acuerdo a su experiencia clínica y trabajo en el Hospital Guillermo Grant Benavente
- La verdad es que son bastante simples. Cuando uno quiere evaluar la función renal, basta con que se realice un examen de orina, donde las alteraciones que marcan un daño son la existencia de proteinuria o de hematuria, el estudio de la función renal y del nitrógeno ureico en sangre, una ecotomografía o ultrasonografía renal vesical que nos va a permitir evaluar la anatomía del árbol urinario.

- ¿A qué se refiere con efectuar el examen de orina como screening?
- Al respecto existe una controversia. Por ejemplo, los japoneses lo efectúan en niños sanos a la entrada del colegio desde los años 70’, con ello han logrado pesquisar muchas enfermedades renales crónicas asintomáticas. Entonces existe una controversia en relación a que si vale la pena hacerle un examen de orina a todo niño sano o si sólo debiéramos hacerle a aquel niño que tiene riesgo de enfermedad renal.

- Y Usted por cuál de los dos caminos se inclina...
- Personalmente, creo que el examen de orina no es invasivo y es de bajo costo. A lo mejor, debiera hacerse de rutina, teniendo en cuenta de que podemos tener falsos positivos, pero al menos va a servir para chequear a aquellos niños que ameritan un seguimiento especial. Ahora, si uno tuviera realmente, y en forma fidedigna, todos los antecedentes que nos permitieran desde el punto de vista clínico poder determinar cuáles son los niños con riesgo de daño renal, a lo mejor, en ese caso se podría reservar sólo para ellos, pero es necesario recordar, por ejemplo, que aún nos falta cobertura en el diagnóstico prenatal, falta cobertura en una ultrasonografía de screening a los dos o tres meses de edad. Creo que en el control de niño sano debiera incluirse la ultrasonografía abdominal como pesquisa de uropatía o de malformaciones renales.

- ¿Cuál es la prevalencia de enfermedad crónica en niños en nuestro país?
- Mira, la magnitud de la enfermedad renal crónica en menores de 18 años tiene una incidencia de 8,3 por millón y la prevalencia en menores de 18 años es de 60 por millón.

- ¿Qué expectativas y calidad de vida poseen estos niños a futuro?
- Si fueran diagnosticados y manejados oportunamente debieran tener mejores expectativas, aunque se sabe que la calidad de vida se ve disminuida en relación a un niño sano. La verdad es que nada es mejor que el propio riñón, por dañado que esté. Por ello, es necesario prevenir para diagnosticar oportunamente el daño y retardar el advenimiento de la insuficiencia renal, porque la calidad de vida obviamente que desmejora no sólo desde el punto de vista anímico, sino que también social.

- Por último doctora, a fines del año pasado se publicaron estudios sobre la fabricación y uso de lo que han llamado “riñón portátil”. En nuestro país se está avanzando o todavía hay problemas de diseño para manejar tecnológicamente la enfermedad
- En nuestro país, y más aún para el área pediátrica, eso no está en uso actualmente. Sin embargo, hay que reconocer que la diálisis peritoneal mejora muchísimo la calidad de vida del niño con insuficiencia renal terminal. Además, hoy en Chile la insuficiencia renal terminal está contemplada dentro del programa de las patologías GES. Eso ha permitido que los niños tengan acceso oportunamente a mejores tratamientos medicamentosos que evitan efectos secundarios deletéreos con los cuales ellos llegan al trasplante y la diálisis peritonial ambulatoria, que es el programa que nosotros tenemos en el Hospital Regional desde 1997 y que ha permitido mejorar mucho la calidad de estos niños. Antes del año 97’ la condición estaba muy desmejorada, porque no teníamos instalado un programa de diálisis crónica y cuando me refiero a que mejora la calidad de vida del niño es porque los desconecta de un centro hospitalario, es decir, les permite desarrollar una vida mucho más independiente del hospital, permite una asistencia regular al colegio, y les da espacio para jugar de día. Si bien es cierto que van a tener ciertas restricciones, les permite llevar una vida más normal que si se hemodialisara. Yo creo que la enfermedad renal crónica constituye un problema de salud pública con un alto costo social y económico tanto para el país como para el paciente, por lo que es el momento de que identifiquemos estrategias para prevenir el daño renal. Por eso creo que en este punto el pediatra y el nefrólogo pediátrico tienen un rol fundamental.

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