Dr. Norberto Vergara
“Bailar es una terapia”
Frente a la difícil tarea de describir al doctor Norberto Vergara, hay una cosa que salta a la vista de todos quienes lo conocen: a sus 50 años, el profesional es un hombre absolutamente multifacético. Además de atender en la consulta de su centro asistencial "Don de Vida, el médico practica rafting, buceo, natación, esquí, ciclismo y fotografía. Gran conversador de temas científicos y sociales y bailarín de salsa, merengue y cueca. Estos son sólo algunos de los pasatiempos que en sus ratos libres realiza el profesional que vive en Puerto Montt hace más de 15 años.
Pero si hay algo que verdaderamente ha cautivado al doctor Vergara en los últimos años, es el tango. Sus primeros acercamientos al sonido del bandoneón fueron en el Club de Leones de Puerto Montt, donde llegó en 1998 invitado por un grupo de amigos que se reunían allí periódicamente para practicar.
El profesional cuenta que desde entonces ha estado siempre conectado con el tango, participa en distintos clubes y ha realizado algunas presentaciones. Aunque su modestia no le permite reconocerlo, sus cercanos cuentan que es un gran bailarín.
- Doctor ¿Qué fue lo que más le llamó la atención cuando recién se acercó al tango? Y, en definitiva, ¿Qué fue lo que lo hizo permanecer conectado con este baile?
- Quienes han tenido la oportunidad de ir a un lugar donde se baile tango, van a apreciar una cosa muy particular que distingue a éste de otros bailes. El tango tiene algo muy simpático: la gente no va a bailar vestida de jeans, ni usa zapatillas. Las personas realmente se preparan para ir a bailar tango. Los hombres con zapatos y pantalones de vestir y camisa, y las mujeres van con falda o vestido y zapatos con taco alto. Todos se preocupan de lo que van a ponerse para asistir a la práctica. Por eso, en este mundo en el cual la chabacanería va en alza, donde todas las cosas están cada vez más aburridas, el mundo del tango es una excepción. Allí la gente se prepara. Se amonona.
- Usted ha participado en varios clubes ¿En todas partes hay el mismo entusiasmo?
- Sí. Por lo menos en todos los clubes y grupos que yo conozco pasa lo mismo: el día que les toca tango, se preparan especialmente. Lo que me da un poco de rabia es que el tango haya sido inventado por los uruguayos y los argentinos, porque debería haber sido chileno. Acá hay gente que lo baila realmente bien y con unas ganas que uno ve que le vienen de adentro. Pese a lo que puedan pensar algunas personas, el tango es un baile que se practica mucho en nuestro país, incluso hay una federación de tango en Santiago y otra que agrupa a la gente de la zona sur. Hay bastantes clubes y gente practicando en todo Chile.

- Y ¿Usted se viste de alguna manera especial?
- Siempre me preocupo, pero me visto de un modo especial sólo cuando hay presentaciones. Hace poco nos presentamos con mi grupo de amigos en el Diego Rivera, allí se realizan encuentros de federaciones, donde cada grupo hace una demostración para los otros.
- ¿Estamos hablando con un bailarín de gomina o sombrero?
- Ninguna de las dos cosas. Chascas al aire no más, así como ando ahora (ríe). En todo caso siempre uso ropa negra y trato de verme bastante formal.
- Más allá del vestuario ¿Qué siente usted cuando está bailando?
- Algunos bailarines dicen que el tango es una conquista en 3 minutos, o bien, un pequeño pero intenso romance. Para mí es sólo algo muy especial, casi indescriptible. Lo único que puedo decir es que me siento muy bien y muy cómodo cuando estoy bailando.
- Y ¿Qué es lo que lo apasiona del tango?
- Me encanta saber que siempre puedo aprender algo nuevo y de ese aprendizaje creo que una de las cosas más importantes es el respeto por la pareja. Este punto es muy importante para llegar a complementarse de tal manera que sólo una mirada o un gesto basten para acordar el paso siguiente. Este es un lenguaje de marcas y en el cual el hombre es el que manda (ríe). Además el hecho de bailar tango refleja salud y es un baile muy elegante, tanto en sí mismo, como en el ambiente que lo rodea.
- Usted ha estado varias veces en tanguerías en Argentina ¿Cómo ha sido esa experiencia?
- Creo que el ánimo que hay en esos lugares es muy similar al que se vive acá. Incluso es extraño, porque la gente no baila tanto como uno se imagina. Hay que andar buscando los lugares especiales donde se juntan, más allá del circuito estrictamente turístico. Yo creo que los chilenos que participamos en clubes tenemos más afición por el tango que la que tiene el argentino promedio, porque no es que allá todos bailen tango, es igual que acá, se trata de algunos grupos solamente. Aunque ahora están empezando a realizar una fuerte promoción entre los argentinos jóvenes.
Más que tango
- Tengo entendido que, además del tango, practica otros bailes…
- Sí. También bailo salsa, merengue, cueca y rock. En realidad yo bailo de todo.
- Y ¿Cada uno de estos ritmos se lo ha tomado tan en serio como el tango?
- No tanto. Pero he tomado algunos cursos de salsa y la bailo en todas partes. En todo caso, tengo una opinión especial acerca de los bailes. Yo creo que, a veces, demasiada estructura y planificación es mala para que las personas se expresen. Pienso que eso puede limitar un poco la posibilidad de sentir realmente el baile y la música.

- Doctor, ¿Cree usted que existe alguna relación entre el gusto por el baile y su profesión?
- Claro que sí. Porque yo veo el baile como una terapia. Si dependiera de mí, yo organizaría concursos de bailes y encuentros musicales en los que pudiera participar la gente que está enferma, porque estas actividades suben mucho el ánimo, entre otros beneficios. Hay que pensar también que practicar algún tipo de baile es una excelente actividad física, tan buena como muchos deportes. De hecho, cuando veo un paciente que está más o menos decaído, lo mando a bailar tango. Es mejor que el merengue y la salsa, porque esos son ritmos muy rápidos. El tango, en cambio, tiene una velocidad más lenta y rítmica, que puede ser practicada por cualquier persona.
- ¿Es un buen tratamiento?
- Sí. Es un muy buen tratamiento, sólo que no muchos me hacen caso. Pero ellos se lo pierden (ríe).
- Y los que han seguido al pie de la letra los consejos del doctor ¿Qué le han dicho?
- Todos los que me han hecho caso han quedado fascinados con el tango. Tanto así que algunos incluso han formado sus propios grupos de baile.
- Además del tango y los otros bailes, usted practica varios deportes. ¿Cuál de ellos es el que más le gusta?
- A mí me gusta practicar buceo y ciclismo, pero la verdad es que al parecer lo que realmente me gusta es la adrenalina, porque si hay dos deportes que me apasionan son el esquí y el rafting.
- ¿Cuál ha sido su bajada favorita en rafting?
- Yo, apenas tengo la ocasión, me tiro río abajo. Y… mi bajada favorita… Río Petrohué, en época posterior a un tremendo diluvio, en octubre del 2000.
- Eso debe haber sido emocionante.
- ¡Más que emocionante! El que ha bajado el río Petrohué, sabe que no es un río muy complicado. Pero ese día particularmente cambió todo el río. Estaba totalmente irreconocible, así que fue adrenalina pura.
- Y ¿En el caso del bueceo?
- Es un deporte que estoy comenzando a practicar acá en Puerto Montt y me voy a sumar a la 4ª compañía de bomberos, que es la compañía de rescate de la ciudad. Realizan salvamento de todo tipo y tienen un equipo que practica buceo de salvataje. Es muy interesante y si hay afinidad con ellos, probablemente voy a participar como rescatista y médico en el grupo.
Sólo ganas
- Volviendo al tango, usted fue uno de los miembros formadores del “Puerto Montt Tango Club” ¿Continúa participando en ese grupo?
- En realidad yo he pertenecido a varios grupos en Puerto Montt y voy rotando entre ellos. Ahora voy en el tercer club en el que participo regularmente. Es el “Tango del Sur”. De cada uno de estos clubes también surgen grupos independientes que se juntan en las casas de los bailarines o en otras partes. En este ambiente es muy común que los grupos se separen, se subdividan o se fusionen. Eso responde a una búsqueda individual de cada persona.
- Dentro del tango, ¿Cuál es su tipo de baile favorito?
- A mí me gusta un estilo que se llama tango del centro, que es un estilo de pista, un baile tranquilo que se hace sin grandes malabarismos o acrobacias durante la danza. Básicamente se baila como si se estuviera caminando y no hay de esos saltos ni patadas al aire, tan clásicos en el tango de exhibición.
- Y ¿Cuál es su desafío?
- Me encanta la milonga, pero no le pego mucho porque es muy rápida. Esa es mi tranca y, por lo tanto, mi desafío es llegar a bailar bien la milonga.
- ¿Qué le recomendaría usted a alguien que le gustaría bailar tango pero no se atreve?
- Lo único que se necesita para bailar tango son ganas. Nada más. Después hay que realizar una pequeña búsqueda para encontrar un grupo que te acoja y donde uno se sienta cómodo. Eso es básicamente. Porque no es complicado, es súper fácil empezar.
