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El doctor Juan Carlos Glasinovic Radic, de origen croata, oriundo de la ciudad de Calama y nacido en el Hospital de Chuquicamata en 1939 es reconocido por el mundo médico como un gastroenterólogo académico, tolerante, respetuoso y muy optimista.

Como nos cuenta, sus estudios los realizó en la Escuela Primaria de Calama y las Humanidades en el colegio jesuita San Luis de Antofagasta. En 1957 entró a estudiar Medicina en la Universidad Católica de Chile.

Al ser la gastroenterología “una especialidad que más usos posee de la clínica y que tiene procedimientos que también son interesantes”, se especializó en el área. Además, en su decisión también influyeron importantes profesores de la época. “A mi me tocó conocer al profesor Enrique Montero, al doctor Carlos Quintana, al doctor Vicente Valdivieso y al doctor Jorge Gumucio que en ese tiempo eran figuras muy notables, jóvenes aún, de gran calidad humana y científica que todo el mundo reconoce como tal hasta hoy. Ellos fueron mis referentes”, confiesa el profesional

El doctor Glasinovic ha sido Presidente de la Asociación Chilena de Hepatología, Presidente de la Sociedad Chilena de Gastroenterología; y Presidente de la Asociación Latinoamericana para Enfermedades del Hígado (ALEH). Sus conocimientos lo han llevado también a desempeñarse como docente de pre y postgrado en la Universidad Católica y, hace un tiempo, volvió a las aulas académicas como profesor titular de la Universidad del Desarrollo en la Clínica Alemana.

Su vasta trayectoria lo hicieron merecedor del premio al “Invitado Nacional”, distinción que estableció en 1980, en la ciudad de Valdivia, el doctor Fernando Ruffín Dávila, Presidente de la Sociedad Chilena de Gastroenterología de ese entonces.

Este premio nació con la idea de que miembros o profesionales chilenos vinculados a la Gastroenterología, destacados por su trayectoria profesional, académica y científica serían designados “Invitados Nacionales” en los diferentes Congresos Chilenos de Gastroenterología. Este año, esta importante distinción recayó en el doctor Juan Carlos Glasinovic Radic, quien compartió con SAVALnet sus impresiones sobre el premio y los avances de la especialidad en estos últimos años.

- Doctor Glasinovic, Usted lleva más de 40 años desde que se interesó por esta especialidad. A su juicio, ¿cuáles han sido los hitos más importantes que ha experimentado la especialidad?
- Bueno, yo creo que los grandes progresos de la especialidad han tenido que ver con el mejor conocimiento de las enfermedades, con aspectos moleculares de ellas, y por el desarrollo enorme de las imágenes y, particularmente, de la endoscopía digestiva.

- En comparación con otros países de la región y a nivel mundial, ¿cómo se encuentra posicionado nuestro país en esta área?
- Eso es muy difícil decirlo no. Yo, más bien, destacaría las capacidades que tenemos de progreso y de ponernos, más o menos, al día con los estándares que existen en Europa o Estados Unidos. En Chile existe la suficiente seriedad y formación para trabajar y aspirar a llegar con el tiempo a eso. Yo creo que, muchas veces, es un poco odioso hacer comparaciones con otros países, donde la cosa es muy variada. En cada uno de los países puede haber grandes personas y grandes problemas, como pasa acá en Chile entre Santiago y las provincias, de tal manera que me parece muy difícil hacer una comparación con otros países.

- Y en el plano nacional, las regiones se encuentran todavía en desventaja o podríamos hablar de un avance significativo en los últimos años…
- No, yo creo que hay un avance, pero no suficiente. Creo que todavía hay mucho por hacer, porque aún se necesitan muchos más especialistas. Los gastroenterólogos que se forman como tales, son muy escasos todavía y alcanzan apenas a rellenar los espacios que van dejando aquellos que se van jubilando. Tenemos un déficit tremendo en formación de gastroenterólogos.

- Y eso ¿a qué de debe?
- A que la formación es muy exigente y cara. Además, hay pocos sitios de formación que cuentan con escasas vacantes y, como dije, es algo muy exigente, por lo que hay profesionales que prefieren dedicarse a la gastroenterología, pero sin una formación. Y si bien esas personas pueden llegar a tener una muy buena calidad profesional, lo deseable es que todos tengan una base académica fundamental antes de dedicarse a la especialidad. Esa es una diferencia, me parece, sustancial.

- Doctor, ¿cuál es el perfil epidemiológico de las enfermedades gastrointestinales en nuestro país?
- Nuestro país tiene algunas particularidades como la existencia de una alta prevalencia de cáncer gástrico; cáncer a la vesícula en las mujeres; elitiasis biliar, que constituyen una importante carga de salud en todos los niveles, a lo que se agrega la patología corriente de colón irritable, por ejemplo, reflujo gastroesofágico, patologías molestas que si bien no son mortales, requieren de gran dedicación y conocimiento de los médicos que las tratan para aliviar a los pacientes.

- Cómo médico formador, ¿cuáles cree Usted que son los desafíos a futuro?
- Yo creo, que como en todas las cosas, en un país como el nuestro, que está en este punto de desarrollo, es hacer las cosas bien hechas. De vez en cuando, con una frecuencia mayor a la que quisiéramos, tenemos la demostración de que mucha gente no hace su trabajo bien. Y eso requiere de formación. Es algo que para que se efectúe como tal requiere de maestros, de ejemplos, y de personas que practiquen estas virtudes de trabajo en forma favorable y beneficiosa. Yo creo que si a mí me preguntas ¿Qué necesita Chile, la medicina y la gastroenterología?, yo diría: que, cada vez, haya más gente que haga bien su trabajo.

- Más allá de los aspectos teóricos, cuando a usted le toca guiar a sus estudiantes qué es lo que les trata de trasmitir
- Lo que constituye la máxima de los principios de la educación: trasmitirles la pasión y la rigurosidad por lo que están haciendo; y, por otro lado, dejar que los jóvenes estudiantes se expresen. Educar significa dejar que las personas ejerzan su libertad de acuerdo a padrones de comportamiento que están caracterizados por las virtudes que debe tener el médico. Yo creo que es importante que la gente joven oiga hablar de estas cosas, porque uno da por sentado lo que son los principios y las virtudes, importantísimas en los profesionales de la salud. Los médicos jóvenes tienen que saber que, además de aprender técnicas, procedimientos o destrezas, tienen que encuadrar esas actividades dentro de un comportamiento esencial que es el del médico y que si no lo hacen, no pueden andarse quejando después de ser tratados como burócratas de la salud.

- Pasando a otro tema. En el XXXIV Congreso de Gastroenterología se le concedió el “Premio al invitado Nacional”, cuénteme cómo recibe este importante nombramiento
- Bueno, esto es una cosa que uno empieza a temer… porque significa que la antigüedad a uno lo va aproximando a ciertas situaciones. Pero, es un honor muy grande y le da a uno la oportunidad de revisar lo que uno ha hecho. Y, particularmente, agradezco el premio por el honor que significa, pero –sobre todo- por la oportunidad que me ha dado de reflexionar sobre lo que yo hago y lo que he hecho…

- Y esa reflexión la podría compartir con nosotros…
- Uno forma parte de una cadena en la que están los padres, los maestros, los amigos y los que vienen detrás y que uno no puede sustraerse al ambiente que lo rodea y la gente que lo apoya y ayuda.

- ¿Qué significa el “Premio al invitado Nacional”?
- Significa reconocer en algunos de los miembros de la Sociedad características destacables que, yo creo, son variables de caso a caso, lo que es algo muy importante. En algunos se destacará su capacidad de generar trabajos y publicaciones y, en otros, su capacidad de enseñar y así, yo creo que hay diversas capacidades que son personificadas y que es muy bueno que sea así y que no haya un patrón rígido de premiación, sino que se piense en las personas y no en las características.

- Por último doctor, en qué proyectos se encuentra trabajando actualmente…
- Yo, por un lado, he completado mi trabajo en la Universidad Católica, pero ahora he recomenzado en la Clínica Alemana con la Universidad del Desarrollo. La participación en esta empresa me ha dado la oportunidad de rejuvenecerme y de volver a plantearme cosas que ya estaban atrás y eso me tiene muy contento, porque es un desafío y un estímulo muy grande.