Dra. Cecilia Troncoso
Con colores del alma
Una nutrida agenda llena de actividades, cursos y reuniones, hicieron que la doctora Cecilia Troncoso Martínez postergara por un largo período una pasión que tenía cuando era alumna del Colegio María Auxilladora de Talca: la pintura.
La profesional, que estudió medicina en la Universidad de Chile y se tituló en la primera mitad de los ’90, abocó su atención a diversos cursos en el área de la nutrición, relacionados especialmente con el tratamiento, manejo y control de la obesidad, área en la que se ha destacado.
Sin embargo, como lienzos, pinceles y colores seguían dando vueltas en su cabeza, a fines de 1995 aprovechó el período prenatal de su primer hijo para iniciar estudios de arte. Bajo la guía de su profesora, la artista plástica Patricia Rojas Bravo, comenzó pintando paisajes y, más tarde encontró en las naturalezas muertas y los bodegones una importante fuente de inspiración.
Desde entonces ha realizado varias exposiciones individuales y colectivas, encontrando siempre buenas críticas frente a su obra pictórica, la que describe como una expresión que está directamente relacionada con los sentimientos, “mis cuadros están influenciados por la corriente impresionista y muestran como estoy en el minuto de la creación. Es mi emotividad que se plasma en bodegones, paisajes y, últimamente, a través de la figura humana, sobre todo en retratos. Se trata de una proyección muy personal, por eso mis cuadros no son muy comerciales”.
-¿Cuáles fueron sus primeras influencias artísticas?
- Siempre me gustaron los impresionistas. Miraba libros con las obras de Manet, Monet, Renoir, Degas. Me fascinaban y pensaba que así me gustaría pintar. Más adelante descubrí el trabajo de importantes pintores chilenos. Mis favoritos son Alberto Valenzuela LLanos, Juan Francisco González, Fernando Morales Jordan y Gonzalo Cienfuegos.

- ¿En qué se centra su proceso creativo?
- Lo primero es la intuición. Una cosa me llama la atención, luego ordeno las ideas y pienso qué es lo que quiero hacer y cómo voy a lograrlo. Dibujo en mi mente como me gustaría que fuera la obra, el tamaño y los colores, pero después, a medida que voy pintando, el mismo cuadro me va pidiendo cosas que no siempre corresponden a la idea original.
- ¿En qué aspectos cree que su obra ha evolucionado desde que comenzó a pintar?
- Ha habido mejoras tanto en la técnica, como en la forma en que abordo las temáticas. Se trata de un proceso de varios años que si miro hacia atrás me doy cuenta de que tengo un mayor manejo de los colores, que he perdido el miedo a las texturas y, por qué no decirlo, que dibujo mejor que cuando empecé.
-¿Cuál es el aporte que le ha entregado la pintura a su vida?
- Es otro tipo de realización. En esto encuentro una satisfacción distinta a la que tengo con mi familia y con el trabajo. La parte del alma que se expresa en la pintura es la más íntima. Se trata de mi creatividad.
- ¿Qué significa para usted esta expresión artística?
- Es una parte muy importante de mi vida. Es una vía que me sirve como modo de expresión, así como también me gusta escribir. Pienso que es una forma de exorcizarse de muchas cosas negativas, porque al ir eligiendo y plasmando los colores en el cuadro, uno va sacando fuera lo que siente, mostrando su estado de ánimo. En general yo pinto muchos colores claros, alegres y muchas personas me han dicho que esas tonalidades reflejan mi forma de ser.
- De los roles que desempeña en su vida ¿Cuál es el que más le gusta?
- Si tuviera que definirme diría que soy mamá-esposa y medico-pintora y no sé si es más importante para mí la medicina o la pintura. Lo que sí tengo claro es que antes que todo soy mamá y esposa. De hecho, mi tiempo libre lo dedico a regalonear con mis niños y cuando se trata de regalonearme a mi misma, me gusta mucho leer.

- En este “segundo plano”, es decir como médico y como pintora ¿Qué cosas han sido las más significativas para usted?
- Como médico fue muy importante exponer en la universidad frente a mis colegas y como pintora, fue muy emocionante cuando presenté algunas de mis obras en el edificio del Congreso Nacional en Valparaíso.
- Y ¿Cuáles son sus sueños en estas dos áreas?
- En lo que al arte se refiere, me encantaría ser una excelente pintora y que mi trabajo fuera conocido y valorado. Algo parecido pasa en el plano de la medicina, porque lo que me gustaría, sería ser una profesional connotada, tener muchos trabajos publicados y escribir un libro relacionado con el tema de la nutrición.
- ¿En que etapa de su vida está y que cree que le falta por desarrollar?
- Pienso que estoy en la etapa inicial de todo, estoy descubriendo muchas cosas del mundo, de la profesión, del arte y de la vida. Por eso siento que estoy empezando a desarrollarme como médico, como pintora y como madre. Me gusta mucho lo que he logrado hasta ahora, pero también me agrada el hecho de saber que tengo más aún por delante.

- ¿Cuáles son sus planes a futuro?
- Me gustaría poder trabajar el tiempo justo para vivir bien, estar con mi familia, pintar y dormir (ríe).
- ¿Qué le recomendaría a alguien que quiere comenzar a pintar?
- Lo más importante creo que es atreverse a hacerlo, luego es fundamental tener como guía a una persona que sepa, que te de ciertas herramienta, pero que también aprecie la libertad creativa de sus alumnos. Una vez que se tomó la determinación y que se tiene a un buen profesor, hay que organizarse de buena forma para que el sueño se vaya concretando. Si uno tiene el anhelo de pintar, hay que hacerlo realidad.
- ¿Tiene fecha para su próxima exposición?
- No aún, pero seguramente voy a realizar una muestra a fin de año en la Casa del Arte de Talca, donde he expuesto anteriormente en varias oportunidades de manera individual y colectiva. En esa ocasión voy a poder mostrar algunas de las obras en las que he estado trabajando últimamente, que están inspiradas en el cuerpo humano. Sobre todo, en los retratos.
La doctora Cecilia Troncoso Martínez nació en la ciudad de Linares en 1969 y desde los tres años vive en Talca. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio María Auxilladora, institución de la cual guarda hermosos recuerdos. “Junto con lo que uno aprende en el hogar, allí me enseñaron valores que han sido realmente importantes para mi vida”. Tras graduarse con distinción máxima, en 1987 entró a estudiar Medicina en la Universidad de Chile y luego de recibir su título profesional ha realizado diversos cursos de especialización en el tratamiento, manejo y control de la obesidad, enfocando actualmente su trabajo en esa línea.
