Reconociendo una nueva entidad en el panorama diabético global
La diabetes relacionada con la desnutrición se distingue por características clínicas y metabólicas propias, como una menor secreción de insulina, mayor sensibilidad a la hormona y una reducción en la masa grasa total.
La creciente carga de la diabetes a nivel mundial exige una comprensión integral de sus diversas formas y manifestaciones. En este sentido, la diabetes mellitus asociada a la desnutrición (DMAD) representa un área de investigación crítica, particularmente en países de bajos y medianos ingresos. A diferencia de la diabetes tipo 1 y tipo 2, la DMAD se caracteriza por un inicio temprano, bajo índice de masa corporal (IMC), resistencia a la cetosis y niveles bajos de péptido C. La controversia persiste sobre si esta condición constituye una entidad clínica distinta o una variante atípica de otros tipos de diabetes.
La Dra. Meredith Hawkins, del Albert Einstein College of Medicine en Estados Unidos, lideró este estudio cuyo objetivo principal fue examinar la fisiopatología de la DMAD y analizar si debe considerarse una forma distinta de diabetes dentro de la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se llevó a cabo una revisión exhaustiva de la literatura científica existente sobre la DMAD. Se analizaron estudios epidemiológicos, investigaciones clínicas y modelos animales para comprender mejor los mecanismos subyacentes y las características fenotípicas de esta condición.
La revisión reveló que la DMAD está relacionada con una menor secreción de insulina, mayor sensibilidad a esta hormona y una reducción en la masa grasa total en comparación con la diabetes tipo 2. Además, los estudios sugieren que una desnutrición en etapas tempranas puede inducir cambios epigenéticos que afectan la función de las células beta pancreáticas y la tolerancia a la glucosa. Entre los posibles mecanismos patogénicos se encuentran el estrés oxidativo, la deficiencia de antioxidantes y la exposición a toxinas ambientales. Por último, se observa que las personas con DMAD tienen un IMC inferior a 18,5 kg/m², mientras que aquellas con diabetes tipo 2 presentan un IMC de 25 kg/m² o más.
En resumen, la DMAD muestra características clínicas y metabólicas diferentes a las de la diabetes tipo 1 y tipo 2, lo que apoya la hipótesis de que puede ser una forma de diabetes independiente. Sin embargo, se requiere realizar estudios longitudinales adicionales para identificar biomarcadores específicos, comprender con mayor claridad los mecanismos causales y evaluar cómo la rehabilitación nutricional puede influir en su evolución.
Reconocer la DMAD como una entidad distinta facilitaría el diagnóstico, optimizaría los enfoques terapéuticos y permitiría implementar medidas preventivas más efectivas en las poblaciones vulnerables.
Fuente bibliográfica
Undernutrition-Associated Diabetes Mellitus: Pathophysiology of a Global Problem
Wadivkar P, et al.
DOI: 10.1152/physiol.00065.2024
