Pediatría
Perfiles inmunológicos predicen diferencias conductuales en el autismo
Los niños que presentan el trastorno pueden ser categorizados en base a su producción de citoquinas inflamatorias, lo cual se correlaciona con comportamientos cognitivos y sociales heterogéneos.
El trastorno del espectro autista (TEA) se caracteriza por un déficit de comunicación social y patrones restringidos y repetitivos de comportamiento. Actualmente, se han descrito hallazgos inmunológicos que son variables en niños con TEA.
Para abordar la heterogeneidad en las respuestas inmunitarias, Milo Careaga e investigadores de la Universidad de California (Davis, Estados Unidos) examinaron la diversidad de los perfiles inmunológicos dentro de una cohorte pediátrica representativa con el trastorno. Se estimularon células mononucleares de sangre periférica de niños varones con TEA (n = 50) y de individuos control de edad avanzada (n = 16) con lipopolisacárido o fitohemaglutinina. La producción de citoquinas se evaluó después de la estimulación. Finalmente, la población del estudio se agrupó en subgrupos basados en sus respuestas inmunes y los que fueron evaluados para resultados conductuales.
Los resultados mostraron que los niños con TEA que tuvieron un perfil proinflamatorio basado en la estimulación con lipopolisacáridos tuvieron un mayor deterioro del desarrollo evaluado por las Escalas de Aprendizaje Temprano de Mullen. También tuvieron mayores impedimentos en el afecto social según lo determinado por el Programa de Observación de Diagnóstico de Autismo. Estos niños también exhibieron alteraciones del sueño y episodios de agresividad más frecuentes. De manera similar, los niños con TEA y un perfil más activado de citoquinas de células T después de la estimulación con fitohemaglutinina, tuvieron un deterioro de su desarrollo según lo medido por las Escalas Mullen de Aprendizaje Temprano.
En conclusión, los niños con trastorno del espectro autista se pueden caracterizar fenotípicamente en base a su perfil inmunológico. Aquellos que exhiben una respuesta proinflamatoria innata o un aumento de la activación / distorsión de linfocitos T, muestran un deterioro conductual más acentuado que aquellos jóvenes con perfiles no inflamatorios. Estos hallazgos sugieren que pueden existir varios sub fenotipos posibles dentro de la población afectada con TEA, evento que se correlacionar con dificultades de comportamiento más severas.
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