Impacto de las vitaminas en el embarazo sobre la salud respiratoria de los niños
Incrementar la ingesta de vitamina C y E durante la gestación podría ser una estrategia para reducir el riesgo de sibilancias en los primeros años, especialmente en hijos de madres fumadoras.
La salud respiratoria deficiente en la infancia es un problema común, siendo el asma la enfermedad crónica más prevalente en niños, sin una cura conocida. La ingesta materna de vitaminas A, C y E podría ser una exposición nutricional modificable para reducir los resultados respiratorios adversos en la descendencia.
Ante este escenario, el objetivo de esta revisión sistemática y metaanálisis, dirigida por la Dra. Vanessa Murphy de la Universidad de Newcastle, Australia, fue examinar sistemáticamente la evidencia de la asociación entre la ingesta materna de vitaminas A, C y E durante el embarazo y los resultados respiratorios en los hijos.
Se utilizaron las bases de datos MEDLINE, Cochrane, EMBASE y CINAHL para identificar ensayos controlados aleatorizados, estudios transversales, de casos y controles, y de cohortes, que evaluaran los niveles maternos y la ingesta de vitaminas A, C y E, ya sea a través de la dieta o suplementos, durante el embarazo y los resultados respiratorios en los primeros cinco años de vida de los hijos. Los resultados incluyeron sibilancias, tos, asma, síndrome de dificultad respiratoria infantil (SDRI), infección del tracto respiratorio y medición de la función pulmonar.
Se analizaron 18 estudios en total, involucrando a 58.769 participantes. Aunque no se pudo realizar un metaanálisis para la vitamina A, no se hallaron indicios de que su ingesta materna influyera positivamente en la salud respiratoria de los hijos. En contraste, dos ensayos controlados aleatorizados revelaron que la suplementación con vitamina C (500 mg/día frente a placebo) disminuía la ocurrencia de sibilancias a los 12 meses y a los 5 años en embarazos expuestos al humo del tabaco.
Los metaanálisis mostraron que, en comparación con las madres con menor consumo, aquellas con mayor ingesta de vitamina E durante la gestación tuvieron un 36% menos de riesgo de que sus hijos tengan sibilancias a los 2 años (OR: 0,64; IC 95%: 0,47-0,87). Este efecto no se observó con la vitamina C. Además, la suplementación combinada de vitamina C y E no mostró relación con el SDRI (OR: 1,15; IC 95%: 0,80-1,64).
En conclusión, la suplementación con vitamina C durante el embarazo en el contexto del tabaquismo materno, así como una mayor ingesta de vitamina E, podrían aportar beneficios para reducir el riesgo de sibilancias en los niños en sus primeros años. Sin embargo, esta evidencia aún es preliminar y justifica la realización de más estudios para poder incorporar estos hallazgos en las recomendaciones dietéticas.
Fuente bibliográfica
Vitamin A, C and/or E Intake During Pregnancy and Offspring Respiratory Health: A Systematic Review and Meta‐Analysis
Murphy VE, et al.
Journal of Human Nutrition and Dietetics, 2025; 38:e70086
