New England Journal of Medicine
Enfoque prometedor en el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica
El uso combinado de los fármacos ibrutinib y venetoclax guiado por la enfermedad residual medible mejora los resultados clínicos de pacientes con la patología no tratada, en comparación con la quimio-inmunoterapia.
Se ha demostrado que la combinación de ibrutinib (inhibidor de la tirosina quinasa de Bruton) y venetoclax (inhibidor de la proteína 2 del linfoma de células B [BCL-2]) mejora el pronóstico de pacientes con leucemia linfocítica crónica (LLC) en comparación con la quimio-inmunoterapia.
No está claro si ibrutinib-venetoclax y la personalización de la duración del tratamiento según la enfermedad residual medible (ERM) son más eficaces que fludarabina-ciclofosfamida-rituximab (FCR). En este estudio realizaron un análisis a término que compara ibrutinib-venetoclax guiado por ERM con FCR.
En un ensayo de fase 3, multicéntrico, aleatorizado, controlado y de plataforma abierta, en el que participaron 523 pacientes con LLC no tratada, compararon ibrutinib-venetoclax con FCR. En el primer grupo se suministró ibrutinib y después de 2 meses se añadió venetoclax, para un máximo de 6 años de tratamiento. La duración de este se definió mediante la ERM evaluada en sangre periférica y médula ósea, y fue necesario el doble del tiempo para alcanzar una ERM indetectable.
El criterio de valoración principal fue la supervivencia libre de progresión y los secundarios clave fueron la supervivencia general, la respuesta al tratamiento, la ERM y la seguridad.
Después de una mediana de seguimiento de 43,7 meses, se produjo progresión de la enfermedad o muerte en 12 y 75 pacientes del grupo de ibrutinib-venetoclax y FCR, respectivamente (HR= 0,13; IC 95%, 0,07-0,24; P<0,001). La muerte ocurrió en 9 personas del primer grupo y en 25 del segundo (HR= 0,31; IC 95%, 0,15-0,67). A los 3 años, el 58% de los individuos que recibieron ibrutinib-venetoclax suspendieron la medicación debido a una ERM indetectable. Después de 5 años de este tratamiento, el 65,9% tenía una ERM indetectable en la médula ósea y el 92,7% en la sangre periférica. El riesgo de infección fue similar en ambas intervenciones. El porcentaje de pacientes con eventos adversos cardíacos graves fue mayor en el grupo de ibrutinib-venetoclax que en el de FCR (10,7% frente a 0,4%).
La administración del esquema ibrutinib-venetoclax guiada por ERM a pacientes con leucemia linfocítica crónica no tratada mejoró la supervivencia libre de progresión y la supervivencia general, en comparación con la quimio-inmunoterapia FCR.