Medicina Interna
Ejercicio reduce la mortalidad temprana tras un infarto cardÃaco
Se evaluó el efecto protector de pruebas de esfuerzo fÃsico en pacientes, que tras haber sufrido un primer evento cardiovascular, evidenciaron una mayor sobrevida correlacionada con la intensidad de la actividad.
La relación entre una baja capacidad de ejercicio (CE), la morbilidad y muertes por causas inespecÃficas o por eventos cardiovasculares, se ha establecido en un amplio rango de pacientes. Sin embargo, casi todos los estudios han evaluado resultados adversos en seguimientos a largo plazo. A su vez, poco es sabido sobre el efecto de la CE sobre la mortalidad temprana (MT), en particular sucesos fatales después de otra enfermedad, como el infarto de miocardio (IM).
El objetivo de esta investigación (Gabriel E. Shaya y colaboradores del Centro para la Prevención de Enfermedades CardÃacas Johns Hopkins Ciccarone, Baltimore, Estados Unidos) fue examinar el efecto de la capacidad de ejercicio medida objetivamente, sobre la MT después de un primer IM. El estudio de cohorte retrospectivo incluyó a 2.061 individuos sin antecedentes del problema cardÃaco (edad media, 62 ± 12 años; 38% [n = 790] mujeres; 56% [n = 1153] blancos). Los participantes se sometieron a pruebas de esfuerzo y fueron monitoreados a partir del 1 de enero de 1991 hasta el 31 de mayo del 2009, perÃodo en el que se evaluó la ocurrencia de un IM y muertes asociadas (proporción de IM, 3,4%, promedio de tiempo del test de esfuerzo al IM, 6,1 ± 4,3 años). Por otro lado, la capacidad de ejercicio se clasificó sobre la base de peaks de equivalentes metabólicos (MET) alcanzados: menos de 6, 6 a 9, 10 a 11, y 12 o más MET. La mortalidad temprana fue definida como todas las causas de defunción dentro de 28, 90 o 365 dÃas desde el IM. Adicionalmente, se utilizaron modelos de regresión logÃstica multivariable para evaluar el efecto de la CE sobre los Ãndices de mortalidad, en cada punto de tiempo post-IM, ajustando por las caracterÃsticas basales demográficas, factores de riesgo cardiovascular, uso de medicamentos, indicación de pruebas de estrés, y año del IM.
Los resultados mostraron que la tasa de MT a 28 dÃas, fue del 10,6% en general, y del 13,9%, 10,7%, 6,9% y 6,0%, en las categorÃas de menos de 6, 6 a 9, 10 a 11, y 12 o más MET, respectivamente (P < 0,001). Los pacientes mayores tuvieron una elevada probabilidad de defunciones, asà como también aquellos individuos que estaban en peor forma fÃsica, los no obesos, quienes se habÃan tratado por hipertensión, y los que tuvieron un mayor lapso de tiempo entre el inicio del análisis hasta el primer evento cardiovascular (P <0,05). Por último, el análisis de regresión ajustado reveló una reducción del peligro de una MT, con el aumento de las categorÃas de la CE. Un incremento en 1 MET de la CE, se vinculó con una disminución de entre un 8 y un 10% de la probabilidad de muerte en todos los puntos (28 dÃas: R, 0,92; IC del 95%: 0,87 - 0,98, P = 0,006; 90 dÃas: R, 0,90; IC del 95%: 0,86 - 0,95; P < 0,001; 365 dÃas: R, 0,91; IC del 95%: 0,87 - 0,94; p < 0,001).
En resumen, una capacidad de ejercicio basal más alta, se relacionó de forma independiente con un menor riesgo de muerte temprana después de un primer infarto de miocardio.
