Urología
Ejercicio beneficia a pacientes con cáncer de próstata
Según este metaanálisis de ensayos clínicos, son varias las ventajas obtenidas con la actividad física: mayor fortaleza del tren inferior, mejor rendimiento cardiovascular, y disminución de la fatiga, lo que se refleja en un aumento de la calidad de vida de los afectados
El ejercicio podría ser beneficioso para los sobrevivientes de cáncer de próstata. Sin embargo, no existen revisiones sistemáticas que hayan abordado las ventajas o los potenciales daños de la actividad física en las diferentes etapas de la enfermedad ni sobre los tipos de tratamiento existentes.
Ante este panorama, Liam Bourke y colegas de la Universidad de Sheffield Hallam, Reino Unido, evaluaron los efectos del ejercicio sobre la calidad de vida relacionada al cáncer, así como sus eventos adversos, en estudios de neoplasia prostática. Los autores, realizaron búsquedas en el Registro Central Cochrane de Ensayos Controlados, MEDLINE, EMBASE, AMED, CINAHL, PsycINFO, SPORTDiscus, y PEDro. También efectuaron búsquedas en bases de datos de literatura gris, incluyendo registros de ensayos. Toda la recolección de información se llevó a cabo desde el inicio de la base de datos hasta marzo de 2015. Por último, se calcularon las diferencias de medias estandarizadas (DME) para el metanálisis.
La investigación incluyó 16 ensayos controlados aleatorios (ECA) con 1.574 hombres con cáncer de próstata. Los seguimientos variaron de 8 semanas a 12 meses, mientras que los ECA involucraron hombres con la complicación en estadío I-IV. El alto riesgo de sesgo, fue con frecuencia debido a una problemática relacionada a la adherencia de intervención. Por otro lado, siete estudios, que incluían 912 individuos, evaluaron la calidad de vida específica de la patología.
El agrupamiento de datos de estos últimos ensayos no reveló ningún efecto significativo sobre los resultados (DME 0,13, IC del 95%: -0,08 a 0,34; promedio seguimiento 12 semanas). Contrariamente, el análisis de sensibilidad de estudios considerados de alta calidad, indicó un efecto estimado de carácter positivo moderado (DME 0,33; IC del 95%: 0,08 - 0,58; media de seguimiento de 12 semanas). Adicionalmente, se observaron efectos beneficiosos similares para la fatiga específica del cáncer, la aptitud submáxima y la fuerza del tren inferior. En cuanto a los efectos adversos de la actividad, no se evidenciaron consecuencias sobre la progresión de la enfermedad, salud cardiovascular, o función sexual. Finalmente, no hubo muertes atribuibles a las intervenciones físicas y los eventos graves (por ejemplo, infarto de miocardio) fueron equivalentes a los observados en los controles.
En resumen, estos resultados apoyan la hipótesis de que intervenciones basadas en el ejercicio mejoran la calidad de vida asociada al cáncer, así como también la fatiga específica, aptitud submáxima y fuerza del tren inferior del cuerpo.
