Dieta mediterránea previene las enfermedades cardiovasculares
Este tipo de alimentación demuestra tener efectos positivos en la disminución de la presión arterial en diferentes tipos de poblaciones.
Las enfermedades cardiovasculares (EC) son la principal causa de muerte en el mundo y hasta el 90% se podría prevenir modificando factores de riesgo como la hipertensión. Los modelos predictivos indican que pequeñas reducciones de presión disminuirían significativamente su prevalencia. Por ejemplo, una reducción de 2 mmHg en la presión sanguínea sistólica se asocia con una disminución del 10% de las enfermedades cardiovasculares, mientras que una reducción de 7 mmHg podría bajar la prevalencia en un 26%. Intervenciones en el estilo de vida, con el potencial de controlar la presión arterial, proporcionan un enfoque alternativo a los medicamentos y pueden ser igualmente eficaces.
La dieta mediterránea se caracteriza por el alto consumo de aceite de oliva extra virgen, frutas, verduras, cereales integrales, nueces y semillas; ingesta moderada de pescado, aves de corral, productos lácteos y vino tinto; y bajo consumo de carnes rojas y alimentos procesados. Estudios observacionales realizados en países del mediterráneo demuestran que una mayor adhesión a esta alimentación se asocia con un menor riesgo de EC.
Sin embargo, la mayoría de las investigaciones se han realizado en este tipo de poblaciones y pocas se han centrado en poblaciones externas, y los resultados han sido contradictorios, por lo que son necesarios trabajos adicionales.
El estudio dirigido por Fayeza S. Ahmed en la Universidad de Maine, EE. UU., tuvo por objeto determinar la relación entre la adhesión a una dieta mediterránea y la presión arterial en una muestra de participantes norteamericanos. Se analizaron datos de 851 hombres y mujeres mayores, y la adherencia a la dieta se calculó utilizando el cuestionario de frecuencia de alimentos bajo un sistema de puntuación. Las variables dependientes incluyeron presión sistólica (PS), presión diastólica (PD), presión de pulso (PP) y presión arterial media (PAM).
Los análisis de regresión lineal revelaron asociaciones significativas entre la adhesión a la dieta y PS, PD, y PAM, pero no para PP. Estos resultados indican que una dieta mediterránea se relaciona con cambios en algunas variables de la presión arterial en una gran muestra, comunitaria, no mediterránea.
En conclusión, el presente estudio proporciona nuevas evidencias entre la adherencia a una dieta mediterránea y la presión arterial en una población no mediterránea. Desde una perspectiva estrictamente clínica, los efectos fueron pequeños. Sin embargo, dado que la presión arterial es uno de los principales factores de riesgo modificables para las enfermedades cardiovasculares, esto tiene importantes implicaciones a nivel de población. Se necesitan más datos en muestras no mediterráneas para apoyar estos hallazgos, incluyendo estudios similares con dietas DASH y nórdicas, que también hacen hincapié en el consumo de alimentos semejantes.
