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Previamente se ha demostrado la utilidad de la detección de enfermedades a partir de la respiración en diferentes campos de la medicina, particularmente en infectología, medicina respiratoria y oncología.

En el estudio liderado por Hossam Haick (Israel Institute of Technology) se utilizó un nanosensor (chip de micro ensayo) artificial basado en nanopartículas de oro modificadas y una red aleatoria de nanotubos de carbono de una sola pared para el diagnóstico no invasivo y la clasificación de una serie de complicaciones respiratorias. El desempeño de este nanoarray inteligente fue evaluado clínicamente en muestras de aliento tomadas de 1.404 individuos que tenían una de las 17 enfermedades diferentes incluidas en el estudio o que no tenían evidencia de ninguna patología (controles sanos). 

Los experimentos ciegos evidenciaron un 86% de precisión en el diagnóstico de las patologías, permitiendo tanto la detección como la discriminación entre las diferentes condiciones examinadas. El análisis del nanosensor también demostró que cada enfermedad tiene una impronta única, y que la presencia de una no elimina la presencia de las otras. Por otro lado, el efecto de la confusión por factores clínicos y ambientales sobre el rendimiento del procedimiento no alteró significativamente los resultados obtenidos. El diagnóstico y la potencia de clasificación del nanosensor también fueron validados por una técnica analítica independiente, cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas. Este análisis encontró que 13 especies químicas exhaladas, compuestos orgánicos volátiles, están vinculadas con ciertas patologías, y su composición difiere de una enfermedad a otra.

En conclusión, estos hallazgos podrían contribuir a uno de los criterios más importantes para una intervención de salud exitosa en la era moderna. Estos ensayos además podrían ser utilizados para la detección, diagnóstico y seguimiento personalizado de una serie de enfermedades.