Consumo elevado de agua previene la cistitis
En mujeres que ingieren baja cantidad de líquido diariamente, esta estrategia podría ser útil para disminuir la recurrencia de infecciones urinarias y el uso de antibióticos.
Con frecuencia, se aconseja una mayor hidratación como medida preventiva para mujeres con cistitis recurrente, pero las pruebas que apoyan esta recomendación son escasas. Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue evaluar la eficacia del aumento de la ingesta diaria de agua sobre la frecuencia de infecciones recurrentes en premenopáusicas.
Para ello se realizó un ensayo aleatorizado, abierto, controlado, de 12 meses en un centro de investigación clínica (años 2013 a 2016). Entre 163 mujeres sanas con cistitis recurrente (≥3 episodios en el último año) que bebían menos de 1,5 L de líquido al día para su elegibilidad, 23 fueron excluidas y 140 asignadas al grupo de consumo de agua o control. La evaluación de la ingesta diaria de líquidos, hidratación urinaria y los síntomas de cistitis se realizaron al inicio del estudio, en visitas de 6 y 12 meses y por medio de llamadas telefónicas mensuales. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a beber, además de su ingesta habitual de líquidos, 1.5 L de agua al día o ningún líquido adicional (grupo de control) durante 12 meses. La medida de resultado primaria fue la frecuencia de infecciones urinarias durante 12 meses. Las medidas de resultado secundarias fueron el número de regímenes antimicrobianos utilizados, el intervalo de tiempo medio entre los episodios y las mediciones de hidratación urinaria de 24 horas.
Los resultados mostraron que los episodios de cistitis fueron menos frecuentes en las mujeres que bebieron más agua durante 12 meses (el promedio fue de 1,7 eventos en comparación con 3,2 incidentes en las que no tomaron líquido adicional). Pese a este hallazgo, el estudio no determinó la cantidad de ingesta diaria suficiente para reducir el peligro de infecciones del tracto urinario o si tomar más agua es beneficioso para las pacientes con un menor riesgo de recurrencia.
En conclusión, el aumento de la ingesta de agua es una estrategia eficaz para el control del consumo de antibióticos y para prevenir la cistitis en mujeres premenopáusicas con alto riesgo de recurrencia que beben volúmenes bajos de líquido diariamente.
