Comer más tarde podría generar resistencia a la insulina
Sincronizar los horarios de las comidas con el ritmo circadiano puede mejorar la salud metabólica y reducir el riesgo de diabetes, aunque los factores genéticos podrían moderar este efecto.
El sistema circadiano, un reloj biológico interno, ejerce una influencia significativa en la regulación metabólica. Sin embargo, la relación entre el horario de las comidas, el metabolismo de la glucosa y el riesgo de diabetes aún no se comprende en su totalidad. En este contexto, la desincronización del tiempo de comida con el ciclo de luz-oscuridad externo puede inducir alteraciones metabólicas.
La Dra. Olga Pivovarova-Ramich, del German Institute of Human Nutrition Potsdam-Rehbruecke en Alemania, dirigió un estudio con el objetivo de investigar la conexión entre los patrones de alimentación en relación con el reloj interno individual y la homeostasis de la glucosa. Además, se exploró la contribución de factores genéticos y ambientales a los parámetros del horario de las comidas.
Se reclutaron 92 gemelos adultos y se evaluaron sus características glucémicas mediante una prueba de tolerancia oral a la glucosa (OGTT). Los patrones de alimentación, incluyendo el horario de las comidas, la distribución diaria de calorías y la frecuencia de ingesta, se calcularon a partir de registros alimenticios realizados durante cinco días. El punto medio calórico se definió como el momento en el que se consume el 50% de las calorías diarias.
El horario circadiano de las comidas se determinó como un intervalo de tiempo que va desde la hora del reloj de las comidas hasta un punto medio corregido del sueño, considerado un marcador del cronotipo. La heredabilidad de los componentes del horario de las comidas se estimó comparando las correlaciones dentro de pares de gemelos monocigóticos y dicigóticos.
Se encontraron asociaciones significativas entre el momento en que se consume la mitad de las calorías diarias (CCM) y la sensibilidad a la insulina. Cuando el CCM era más tardío, las personas tendían a presentar una menor sensibilidad a la insulina, lo que puede ser un factor de riesgo para problemas de salud como la diabetes. También se observó que estas personas tenían niveles más altos de insulina en ayunas. Estas asociaciones permanecieron aún después de considerar factores como el sexo, la edad, la ingesta calórica diaria y la duración del sueño. Además, todos los componentes del patrón de alimentación tuvieron un grado alto o moderado de heredabilidad y están estrechamente relacionados con el horario individual del sueño.
En conclusión, retrasar los horarios de las comidas en relación con el reloj interno de cada persona se asoció con una menor sensibilidad a la insulina. Por otro lado, adelantar la ingesta principal de calorías a horarios circadianos más tempranos podría mejorar el metabolismo de la glucosa. Sin embargo, los factores genéticos influirían en qué tan efectivo y factible resulta implementar estos cambios en la alimentación. Es importante profundizar en estos hallazgos en estudios con un grupo de mayor tamaño.
Fuente bibliográfica
Later eating timing in relation to an individual internal clock is associated with lower insulin sensitivity and affected by genetic factors
Vahlhaus J, et al.
eBioMedicine 2025; 116: 105737
