Calorías a primera hora del día reduce el hambre, pero no el peso
El hecho de que una persona ingiera su comida más copiosa a primera o última hora del día no afecta a la forma en que su cuerpo metaboliza el alimento.
Los consejos dietéticos actuales para el control de peso se basan en general en el supuesto de que una "caloría es una caloría", independientemente del momento en que se consuman. Sin embargo, recientes estudios de intervención dietética en humanos han cuestionado esta suposición sugiriendo que el timing puede influir en la eficacia de la pérdida de peso.
Estas investigaciones implican que las calorías ingeridas en diferentes momentos del día tienen diferentes efectos en la utilización de la energía, lo que lleva a una pérdida de peso diferencial, incluso cuando se consumen cantidades isocalóricas. Sin embargo, los posibles mecanismos implicados en cualquier utilización diferencial de calorías siguen sin determinarse.
Científicos de la universidad de Abeerden en Escocia han desmitificado la creencia de que una persona ingiera su comida más copiosa a primera o última hora del día afecta a la forma en que su cuerpo metaboliza las calorías.
Para determinar este fenómeno reclutaron a sujetos sanos con sobrepeso u obesidad para controlar sus dietas y medir sus metabolismos durante un periodo de tiempo; 16 hombres y 14 mujeres completaron el estudio. A cada participante se le asignó aleatoriamente una dieta cargada por la mañana o por la noche durante cuatro semanas. Las dietas eran isocalóricas, con un equilibrio del 30% de proteínas, 35% de carbohidratos y 35% de grasas.
Se midió el gasto energético diario total de los sujetos mediante el método del agua doblemente marcada, una técnica basada en isótopos que observa la diferencia entre las tasas de recambio del hidrógeno y el oxígeno del agua corporal en función de la producción de dióxido de carbono. En general, los investigadores comprobaron que el gasto energético y la pérdida de peso total eran iguales en las dietas con carga matinal y en las dietas con carga vespertina. Los sujetos perdieron una media de algo más de 3 kg durante cada uno de los períodos de cuatro semanas.
Una de las limitaciones del estudio es que se realizó en condiciones de vida libre y no en el laboratorio. Además, algunas mediciones metabólicas sólo estaban disponibles después del desayuno y no después de la cena.
El grupo tiene previsto ampliar su investigación sobre cómo afecta la hora del día al metabolismo realizando estudios similares al descrito aquí en sujetos que realizan trabajos por turnos. Es posible que estos individuos tengan respuestas metabólicas diferentes debido a la alteración de sus ritmos circadianos.
