Ausencia de llanto, signo clínico para la reanimación
Los resultados de este estudio de cohorte muestran que los recién nacidos que no lloran, pero que sí respiran, requieren cuidados adicionales para reducir la mortalidad neonatal.
En todo el mundo, cada año, entre 6 y 10 millones de infantes requieren reanimación al nacer, según estimaciones basadas en datos limitados sobre neonatos sin respirar. Los protocolos internacionales para la reanimación se basan en que "no llorar" es un marcador de un bebé que no respira, pero la relación entre estos factores, o el riesgo predictivo de cada uno de ellos para la mortalidad, no se ha examinado en un estudio amplio.
Ashish Kc y colaboradores de la Universidad de Uppsala (Suecia) describieron la incidencia de la ausencia de llanto y ventilación después del nacimiento, la necesidad de resucitación básica con ventilación, y la muerte antes del alta. Para cumplir ese objetivo, llevaron a cabo un estudio observacional con 19.977 recién nacidos en cuatro hospitales de Nepal. También analizaron la incidencia de la falta de llanto o respiración postparto. Finalmente, evaluaron la sensibilidad de los bebés que no lloran y que no respiran, y calcularon el riesgo de mortalidad entre los dos grupos.
La incidencia de neonatos que no lloraban inmediatamente después del nacimiento fue del 11,1%, y la de ausencia de llanto y ventilación fue del 5,2%. El "no llorar" tuvo una sensibilidad de 100% para bebés que no respiraban después del parto. Entre los infantes que no lloraban, pero sí respiraban, el 9,5% no podía ejercer esta función al primer minuto y el 2% no lo hacían todavía al quinto minuto. Finalmente, se determinó que los niños que no presentaban llanto, pero sí ventilación tenían casi 12 veces más probabilidades de mortalidad antes del alta (OR ajustado 12,3; IC del 95%, 5,8-26,1).
En suma, todos los bebés que no respiran después del nacimiento, tampoco lloran al nacer. Una proporción de los niños que no lloran, pero respiran no ejercen esta última función al cabo de 1 y 5 minutos y tienen un riesgo de mortalidad antes del alta. Con este estudio, se proporciona evidencia de una asociación entre la falta de llanto y ventilación y se revela que los recién nacidos que no lloran, pero sí respiran requieren cuidados adicionales. Los autores sugieren que la ausencia sea considerada como un signo clínico para iniciar la resucitación.
