Neurología
La amiodarona puede desarrollar neuropatía óptica
La neuropatía óptica por amiodarona fue divulgada en 1987. Las descripciones detalladas de esta entidad han aparecido en varios informes y pequeñas series de casos. El cuadro clínico que se ha reportado es absolutamente variable, incluyendo acontecimientos con implicación del nervio óptico unilateral y bilateral. Mientras que la mayoría de los casos divulgados se han asociado a la disfunción óptica suave del nervio, que puede ser reversible, otras han experimentado pérdida visual permanente. El diagnóstico de la neuropatía óptica por amiodarona es clínico y, por lo tanto, esta variabilidad en la presentación a veces ha causado confusión de diagnóstico. Ya que los pacientes que toman amiodarona frecuentemente presentan factores de riesgo para la enfermedad vascular, distinguir entre la neuropatía óptica y la neuropatía óptica isquémica anterior (NOIA) representa un particular desafío. En algunos casos, las características clínicas de los 2 desórdenes son suficientemente diferentes como para permitir el diagnóstico correcto, pero en otros son más ambiguas. La determinación correcta es más crítica cuando el tratamiento del paciente se ve fuertemente influenciado por la decisión.
Valerie Purvi y colaboradores del Departamentos de Oftalmología y Neurología de la Universidad de Indianápolis, en Estados Uniditos, intentaron clarificar los criterios clínicos para el diagnóstico de la neuropatía óptica por amiodarona. Los autores, realizaron una revisión retrospectiva de 22 pacientes que desarrollaron la condición oftalmológica mientras tomaban el medicamento.
Se identificaron a 3 grupos de pacientes: los que tuvieron una probable neuropatía óptica inducida por amiodarona (n = 14), pacientes con una asociación indeterminada (n = 5), y aquellos en que la ocurrencia de la neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica pareció ser coincidente (n = 3). Finalmente, se formularon los criterios de diagnóstico específicos para cada una de estas categorías.
La publicación recomienda un acercamiento sistemático que incluya la evaluación de bilateralidad, modo de inicio, grado de disfunción del nervio óptica, estructura del disco óptico en casos de unilateralidad, y efectos tóxicos sistémicos. Tales criterios de diagnóstico bien definidos pueden ayudar al clínico en el tratamiento de pacientes con este desorden.
Fuente bibliográfica
Arch Ophthalmol. 2006 May; 124(5):696-701