Neuropsicología
La educación superior permitiría que el cerebro envejezca menos
La edad está asocia a una pérdida de función de la memoria. En particular, los adultos mayores tienen dificultad para recordar determinados acontecimientos personales o episódicos. Este déficit puede presentarse por problemas de recuperación, especialmente cuando se requiere una búsqueda exigente de los recuerdos. De hecho, varios estudios han demostrado que la pérdida de memoria episódica relacionada con la edad es mayor que en las pruebas de reconocimiento, en adultos también podría causar inhabilidad para codificar con eficacia nueva información. Las causas potenciales de esta falla serían las debilitaciones secundarias en la atención, una mayor susceptibilidad a la interferencia y alteraciones en la actividad neuronal. Un factor reconocido para explicar en parte la variación cognoscitiva entre los adultos, y que también podría explicar la diferencia de actividad cerebral, son los años de educación. Poco tiempo de aprendizaje puede provocar una declinación más rápida de la facultad para recordar, pero el mecanismo por el cual la educación pueda retardar la declinación cognoscitiva no se conoce. El rápido deterioro de la capacidad cognitiva en adultos con menos formación resultaría de una inhabilidad para integrar regiones del cerebro que son la base del funcionamiento eficaz de la tarea cognoscitiva.
Autores canadienses examinaron la relación entre la educación y la actividad del cerebro durante la memoria episódica y cómo esta concordancia podría cambiar con los años. El equipo de la Universidad de Toronto (Ontario, Canadá) revisó la relación entre dos grupos de edades diferentes: 14 adultos de 18 a 30 años de edad que tenían entre 11 y 20 años de educación; y 19 de 65 o más años entre 8 y 21 años de educación. Cada individuo tomó parte en varias pruebas de memoria mientras los investigadores observaban sus cerebros mediante uso de imágenes por resonancia magnética funcional. Estas imágenes en tiempo real permitieron ver qué redes neuronales se activaban cuando los participantes recurrían a sus memorias para responder preguntas.
Finalmente, se observaron diferencias entre la actividad del cerebro y años de educación en adultos jóvenes y mayores. En jóvenes, las regiones implicadas en la codificación y recuperación estuvieron asociadas a la educación y a la exactitud del reconocimiento. La actividad frontal se dio en jóvenes con menor educación y estuvo correlacionada con la pérdida de memoria de reconocimiento, mientras que los más educados y con mejores agilidades activaban zonas posteriores del cerebro. Los adultos con más edad mostraban redes independientes relacionadas con educación y funcionamiento de la memoria, con zonas temporales frontales y laterales asociadas con mejor educación pero no con el funcionamiento. Para los autores del estudio, la diferencia más interesante respecto a la edad fue que la correlación entre la actividad cerebral y los años de estudio tenían patrones opuestos tanto para los grupos como para algunas áreas cerebrales. Las regiones frontales son más utilizadas por personas con más edad y nivel educacional, pero también por adultos jóvenes menos educados, mientras que las regiones temporales intermedias son usadas por los más viejos pero menos educados y adultos jóvenes con mejor nivel educacional.
Estos datos proporcionarían evidencia adicional sobre una alteración relacionada con la edad en zonas que median la cognición sugiriendo que la red fronto-temporal en adultos mayores altamente preparados puede ser un tipo de red cognoscitiva alternativa o de reserva utilizada para apoyar el funcionamiento mental.
Fuente bibliográfica
Neuropsychology. 2005 Mar; 19(2):181-92