Nutrición infantil
Lactancia materna es capaz de influenciar niveles reducidos de colesterol durante la adolescencia
Las ventajas a corto plazo de la lactancia materna son bien conocidas, sin embargo, pocos estudios han tratado sus efectos sobre la salud más allá del primer año de vida. El amamantamiento se ha asociado a un efecto protector contra la enfermedad cardiovascular (ECV) y sus factores de riesgo, y especialmente respecto al perfil lipoproteico en edades más avanzadas, pero finalmente la evidencia es poco concluyente. Algunos estudios, como muchos de los datos que apoyan las ventajas a largo plazo de la leche humana, se han visto afectados por problemas de diseño metodológico, pero probablemente lo más importantemente ha sido el potencial de confusión de los factores educativos, socioeconómicos y de los estilos de vida, que además se unen con la decisión de la madre de lactar o no a sus hijos. Claramente, los estudios experimentales son necesarios, pero aleatorizar bebés a lactancia y a fórmulas de alimentación es problemático.
Hace unos 20 años tal acercamiento experimental era posible en niños de pretérmino, cuando la lactancia de leche almacenada (de donantes sin relación) comúnmente estaba disponible y la aleatorización de infantes era factible y ética. Investigadores del Instituto de Salud Infantil de Londres (Reino Unido) realizaron un ensayo de selección al azar, iniciado en 1982, lactancia contra fórmulas lácteas, que en conclusión proporcionó la oportunidad única de probar la hipótesis de que el consumo de leche materna afectaba permanentemente o influenciaba algunos factores de riesgo para la ECV. El seguimiento de aquellos niños permitió probar la hipótesis de que el consumo de leche humana tiene efectos favorables en los factores de riesgo más tardíos de la ECV y a priori el postulado específico de que la alimentación a través de la lactancia mejora los perfiles lipoproteicos en el futuro. En la misma cohorte, también se demostró que el amamantamiento podía reducir futuras alzas de presión arterial.
Ahora, los mismos autores acaban de publicar los resultados en relación al colesterol, un importante determinante de la ateroesclerosis y de la ECV. 926 lactantes prematuros fueron asignados aleatoriamente en dos ensayos paralelos, unos recibieron leche almacenada o de fórmula (ensayo 1) y otros bajo fórmula estándar o para prematuros (ensayo 2); como dieta única o como suplemento a la leche materna para ambos ensayos. Se hizo un seguimiento a 216 participantes hasta los 13 y 16 años de edad y se les evaluó la relación entre el colesterol de baja y alta densidad (LDL a HDL), la relación de apolipoproteina B a apolipoproteina A-1 (apoB a apoA-1) y la concentración de la proteína C-reactiva (PCR; una medida de los procesos inflamatorios asociados a aterosclerosis).
Los adolescentes que habían sido seleccionados a la leche materna almacenada tuvieron menores valores de PCR (p= 0.006) con una relación de LDL a HDL un 14% más baja (diferencia 0.34, -0.67 a -0.01 con IC del 95%; p= 0.04) que los niños bajo fórmulas lácteas de pretérmino. Una mayor consumo de leche humana en la infancia estuvo ligado a cocientes más bajos de LDL/HDL (p= 0.03) y de apoB a apoA-1 (p= 0.004), además de una concentración más baja de la PCR (p=0.03).
Según la interpretación de los autores, los datos proporcionan la evidencia experimental de las ventajas a largo plazo de la lactancia materna para el riesgo de aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares.
Fuente bibliográfica
Lancet 2004 May 15; 363(9421):1571-8