Estudio INTERHEART
Alimentación sana protege al corazón y disminuye los infartos
Aproximadamente el 80% de las enfermedades cardiovasculares (ECV) se producen en los países de bajos ingresos. La mayoría de las investigaciones que han examinado la relación entre la dieta y las patologías cardiovasculares se han realizado en poblaciones de origen europeo, con muy poca información proveniente de otras partes del mundo, donde se dan la mayoría de las alteraciones cardiovasculares. Las dietas varían notablemente en las distintas regiones del planeta, y no está claro si los resultados de los estudios realizados en países occidentales son aplicables en otros lugares. La mayor parte de la investigación se ha centrado fundamentalmente en los micronutrientes, pero estas evaluaciones requieren extensos cuestionarios que deberían adaptarse a la diversidad del consumo de alimentos en diferentes partes del mundo.
El objetivo de la presente investigación fue evaluar la asociación entre los hábitos alimentarios y el infarto agudo de miocardio (IAM) a nivel mundial. INTERHEART es una normalización de estudios de casos y controles con participantes de 52 países. El análisis incluyó 5761 casos y 10646 sujetos control. Se identificaron 3 grandes patrones de dieta: oriental (alta ingesta de soja y tofu y otras salsas), occidental (alta en alimentos fritos, snacks salados, huevos y carne) y prudente (alta en frutas y hortalizas).
Se observó una asociación inversa entre el patrón prudente y el AMI, con niveles más altos de protección cardiovascular. En comparación con el primer cuartil, el riesgo ajustado para el segundo cuartil fue 0.78 (IC del 95%: 0,69 a 0,88), 0.66 (IC del 95%: 0,59 a 0,75) para el tercer, y 0,70 (IC del 95%: 0,61 a 0,80) para el cuarto (P < 0,001). La dieta occidental mostró un patrón en forma de U respecto a la asociación con el IAM (en comparación con el primer cuartil, el riesgo ajustado para el segundo cuartil fue 0,87 [IC del 95%: 0,78 a 0,98], mientras que para el tercer cuartil fue 1,12 [IC del 95%: 1,00 a 1,25] y 1,35 [IC del 95%: 1,21 a 1,51] para el cuarto cuartil; P < 0,001), y el patrón oriental no observó alguna relación con el IAM. En comparación con el primer cuartil, el riesgo derivado de una dieta rica en carnes, snacks salados, alimentos fritos, frutas, vegetales de hoja verde, verduras cocidas y otras verduras crudas (mayor puntuación indica una dieta más pobre) aumentó con cada cuartil: segundo cuartil 1,29 (IC del 95%: 1,17 a 1,42), tercer cuartil 1,67 (IC del 95%: 1,51 a 1,83), y cuarto cuartil de 1.92 (IC del 95%: 1,74 a 2,11; P < 0,001). El riesgo de IAM atribuible a la población para los 3 cuartiles más altos en comparación con el cuartil inferior fue del 30%.
En conclusión, una ingesta alimentaria poco sana, aumenta la posibilidad de infarto agudo de miocardio a nivel global.
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