Virus Epstein-Barr
Complicaciones neurológicas de la mononucleosis
Un trabajo publicado en “Clinical Pediatrics”, describe las complicaciones neurológicas de dos pacientes con infección aguda por virus Epstein Barr (VEB).
El primer caso, es un niño de 4 años, que al ingreso presentaba fiebre, cefalea, mareos, ataxia y vómitos intermitentes. Los resultados del laboratorio relevantes son un recuento de leucocitos de 11.600 x mm3 con 66% de linfocitos de los cuales 20% eran atípicos, tomografía craneana y radiografía de tórax normal, líquido cefalorraquídeo (LCR) obtenido con presión aumentada, con 37 células x mm3 con 68% de polimorfonucleares y 32% de mononucleares, proteínas 224 mg/dL y cultivo negativo, diagnostico etiológico comprobado mediante Ig-M e Ig-G para EBV y también con reacción en cadena de polimerasa (PCR). Se trata por 21 días con aciclovir intravenoso. Buena evolución posterior.
El segundo caso corresponde a una niña de 5 años con historia de infección respiratoria aguda de una semana de duración con convulsiones tónico-clónicas generalizadas, apnea y cianosis, sin hepatoesplenomegalia. La paciente requiere ventilación mecánica, la tomografía craneana sugiere una cerebritis, el hemograma muestra una leucocitosis de 14.600 con 52% de linfocitos, el diagnóstico fue hecho por Ig M-VCA y detección del genoma del VEB en el LCR mediante PCR. Fue tratada con y aciclovir por 14 días y fenitoina por 6 meses con buena respuesta a la terapia y a los 2 años de seguimiento la niña es asintomática y con un desarrollo neurológico normal para su edad.
Los autores comentan que las complicaciones neurológicas no son comunes, se debe sospechar cuando aparece fiebre, convulsiones, ataxia o alucinaciones, la bioquímica puede ser normal para infección aguda. El diagnostico clínico es apoyado por serología específica y detectar el genoma del VEB en LCR mediante PCR. El estudio de imágenes y electroencefalograma pueden no contribuir al diagnóstico. La eficacia de la terapia empírica con aciclovir no está bien documentada pero el uso en estados tempranos de los casos severos puede ayudar a una evolución favorable.
Fuente bibliográfica
Clin Ped; may 2003