Epidemiología
Actividad física reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares
Mayores niveles de ejercicios físicos están ligados con una menor prevalencia de enfermedades cardiovasculares (ECV). Aunque los mecanismos precisos en que se basa esta asociación inversa no se han dilucidado, diferencias en varios factores de peligro cardiovascular como hipertensión, concentración de lípidos y diabetes, podrían mediar el efecto. Los cambios en los factores de riesgo con la actividad física tienden a ser modestos, del orden de un 5% para las concentraciones lipídicas en sangre, 3 a 5 mmHg para la presión arterial, y del 1% para la hemoglobina A1c, en contraste con las grandes reducciones (30% al 50%) sobre el riesgo de ECV.
En un estudio prospectivo con 27.055 mujeres sanas, Samia Mora y colaboradores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (Boston, Estados Unidos) midieron los niveles basales de la hemoglobina A1c, de los lípidos tradicionales (total, LDL y HDL), de otros tipos de lípidos [lipoproteína (a) y apolipoproteína A1 y B-100], de creatinina, homocisteína, de biomarcadores inflamatorios/hemostáticos (proteína C reactiva de alta sensibilidad, fibrinógeno, molécula-1 de adhesión intracelular soluble) para utilizarlos como autoayuda en las mujeres respecto a la actividad física, peso, altura, hipertensión y diabetes.
La media de seguimiento fue de 10.9 ± 1.6 años, y ocurrieron 979 incidentes cardiovasculares. El riesgo de ECV disminuyó linealmente con niveles más altos de actividad (P < 0.001). En comparación al grupo de referencia de <200 Kcal/semana de actividad, la reducción del riesgo relativo asociado a 200-599, 600-1499 y más de 1500 Kcal/semana era de 27%, 32% y 41%, respectivamente. Las diferencias en los factores de riesgo conocidos explicaron en gran proporción (59%) la asociación inversa observada. Cuando se examinaron los grupos de factores de peligro, los biomarcadores inflamatorios/ hemostáticos generaron la mayor contribución a la disminución del riesgo (32.6%), seguido de la presión arterial (27.1%). Los lípidos considerados no tradicionales contribuyeron en menor medida a bajar el peligro de ECV en comparación con los tradicionales (15.5% y 19.1%, respectivamente). Las contribuciones más pequeñas se atribuyeron al índice de masa corporal (10.1%) y a la hemoglobina A1c y diabetes (8.9%), mientras que la homocisteína y la creatinina tuvieron efectos insignificantes (<1%).
En conclusión, existe una asociación inversa entre la actividad física y el riesgo de patologías cardiovasculares, en parte mediada por factores de riesgo ya conocidos, particularmente los inflamatorios/hemostáticos y la presión arterial.
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