La regionalización del cáncer
Si bien los grandes adelantos de la medicina para frenar el avance de esta patología se concentran en Santiago, lejos de la capital se han generado valiosos esfuerzos, principalmente de corte académico, que buscan contribuir en este campo, proyectando al país una mirada local.
Las estadísticas que maneja el Ministerio de Salud sobre el cáncer son preocupantes. Sólo en 2010, las muertes en Chile como consecuencia de esta patología, en todas sus manifestaciones, alcanzaron las 21 mil 136, mientras que las hospitalizaciones vinculadas con la enfermedad bordearon las 18 mil, con el consiguiente gasto de recursos para el sistema sanitario. Las cifras reflejan una mayor incidencia de la temida afección y el lento avance de estrategias que logren revertir estos números, fundamentalmente a través de políticas públicas que incentiven la investigación, prevención y el diagnóstico precoz.
Durante los últimos años se han puesto en marcha iniciativas que buscan aportar enfoques renovados, que contribuyan desde distintos ámbitos al abordaje, manejo y tratamiento adecuado de la enfermedad. Es el caso del Foro Nacional del Cáncer (FNC), constituido el 13 de junio de 2013, mesa de trabajo multidisciplinaria que se encuentra diseñando una política que integre y coordine todos los esfuerzos que se realizan en el país en torno a la patología, como estudios clínicos, investigación científica, difusión, docencia y actualización de conocimientos, todo con la participación de organizaciones públicas y privadas, instituciones académicas y representantes de la sociedad civil.
“Una de cada cuatro muertes de los chilenos es provocada por el cáncer, por eso nuestra meta es lograr el compromiso de diferentes protagonistas de la sociedad para afrontar el problema como corresponde, con participación de la comunidad, previniendo malos hábitos de vida y mejorando la salud”, comenta el doctor Jorge Jiménez, presidente del FNC. La idea es diseñar y contar, a más tardar el 2015, con una estrategia país para enfrentar esta patología, junto con monitorear y evaluar su futura implementación.
En este contexto, la creación de centros regionales del cáncer representa un desafío para cada zona del país. En el Bío Bío se estudia la factibilidad de levantar un centro de estas características, bajo el alero de instituciones como la Universidad de Concepción. “Nuestra región es una de las más pobres de Chile, con mucha ruralidad, y tiene comunas muy apartadas de los puntos de atención. El mayor riesgo se debe a estos factores, lo que nosotros llamamos determinantes sociales para la salud”, explica la epidemióloga de la casa de estudios superiores, Ana María Moraga. Y es que cada lugar tiene su particularidad, tanto ambiental como geográfica, que expone a sus habitantes a manifestaciones distintas del cáncer. En la Región del Bío Bío, el porcentaje de muertes a causa de esta patología alcanza el 24%, superando en dos puntos la media nacional, siendo los más peligrosos el gástrico, de próstata y pulmones, en el caso de los hombres, y vesícula, gástrico y mamas, en las mujeres. En la Región de Arica y Parinacota, en tanto, existe especial preocupación por el cáncer de piel, motivando operativos preventivos organizados en conjunto por instituciones como la Universidad de Tarapacá, el Hospital Dr. Juan Noé de Arica, el Servicio de Salud y la Sociedad Chilena de Dermatología.
Perspectiva maulina
Resulta evidente que en esta carrera para frenar el avance del cáncer, la academia ha asumido un papel protagónico. A fines de 2013, la Facultad de Medicina de la Universidad Católica inauguró un centro que se ha propuesto fomentar la investigación oncológica, con énfasis en las patologías de relevancia específica en el país, incrementando la calidad y productividad científica. Además se proyecta crear plataformas para generar recursos que se destinen a la investigación. “Sólo el 14% de los fondos para investigación en Chile llegan a esta patología, que representa un cuarto del total de muertes en el país”, asegura el doctor Alejandro Corvalán, director del centro de investigación en oncología de la UC. Fuera de Santiago, un paso relevante en esta materia lo acaba de concretar la Región del Maule.
Durante los próximos tres años, la Universidad Católica del Maule implementará un detallado plan de acción con el objetivo de impactar en diferentes factores relacionados directamente con la prevalencia del cáncer a nivel local, ambicioso desafío que se levanta gracias a la adjudicación de un convenio de desempeño con el Ministerio de Educación, que permitirá la inversión en el cuidado y tratamiento de la enfermedad cercana a los mil 300 millones de pesos. El proyecto, que involucra al Hospital Regional y los municipios de Talca, San Clemente y Molina, cuenta con cuatro líneas de acción: la promoción de la vida saludable, la prevención y detección temprana, la formación de profesionales en el campo oncológico y el desarrollo de investigación científica en el área. También se abrirán canales de trabajo permanente entre las facultades de Medicina, Ciencias de la Salud, el Hospital Regional, las municipales citadas e incluso agrupaciones sociales.
“Este convenio es histórico, porque marca un hito fundamental, un cambio en la manera de entendemos con nuestro entorno. Entendemos que nuestro desarrollo profesional y universitario está involucrado directamente con el medio que nos rodea”, sostiene el doctor Diego Durán, rector de la institución de educación superior. En esta zona, el cáncer de mama y el gástrico son los que presentan cifras más preocupantes. “No vamos a resolver el problema del cáncer. Lo que queremos es disminuir significativamente las tasas de esta patología en la región, y eso lo podemos hacer con el trabajo colaborativo en la prevención. No lo podemos lograr solos, es fundamental el sentido del convenio para trabajar en conjunto con todos los actores presentes en la comunidad”, agrega el rector.
Por su parte, para el doctor Heinrich von Baer, coordinador de convenios de desempeño de regiones para la educación superior y vicepresidente de la comisión presidencial para la regionalización, este convenio es “para pensar y construir región desde y para la región y para el resto del país. Se trata de un proceso de transformación y de aprendizaje, compartido entre la universidad y los actores públicos, privados y sociales del entorno local y regional, como futuros ejecutores”.
Como el programa tiene un importante papel en la promoción de la salud frente al cáncer, los alumnos de pregrado de la UCM trabajarán en la comunidad y también realizarán investigación, para lo cual se están generando núcleos específicos. Además, se pretende formar profesionales de excelencia, en base a apoyos metodológicos y recursos materiales.
“El cáncer es un problema relevante en la región, porque es una enfermedad que tiene un gran impacto en la vida de las personas. Se prestará apoyo a la comunidad para la promoción de una vida sana, prevención en el sentido de un diagnóstico precoz mediante la implementación de técnicas de diagnóstico como son mamografías y endoscopia, y además el acompañar a los pacientes y sus familias durante la enfermedad”, detalla el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Maule, doctor Raúl Silva.
Una de las primeras acciones concretas que se realizará gracias al convenio es la adquisición de un mamógrafo y un endoscopio móviles, los que permitirán a personas de las comunas comprometidas en la iniciativa practicarse exámenes oncológicos en terreno, aumentando con ello la posibilidad de pesquisar de forma temprana la enfermedad, todo sin costo para los pacientes. Ejemplo concreto del compromiso de la medicina regional con el desarrollo científico del país.
