Aplicaciones móviles para el bienestar mental
En una era caracterizada por la omnipresencia de estas plataformas, encontramos herramientas que se centran en ayudar a quienes enfrentan trastornos psicológicos o psiquiátricos.
El bienestar mental es una preocupación generalizada: una de cada cuatro personas experimentará un trastorno psicológico en su vida y varios sentirán altos niveles de angustia, que no llegarán a ser clínicos [1].
La falta crónica de financiamiento, se traduce en la escasez de proveedores capacitados para satisfacer la demanda de atención basada en la evidencia. A medida que estos pacientes buscan herramientas que les ayuden a comprender y mejorar su salud mental, recurren a múltiples opciones no tradicionales, incluidas las tecnologías de la información (TI).
Alrededor de dos tercios de los adolescentes y adultos jóvenes [2], y casi la mitad de los individuos en la mediana edad [3], informan haber utilizado aplicaciones móviles, algunas específicamente diseñadas para salud y bienestar emocional.
Algunos ejemplos
Así como ya existen mecanismos y herramientas para saber cuántos pasos damos, qué cantidad de horas dormimos o los nutrientes y calorías de los alimentos que consumimos, se han desarrollado otras para rastrear el estado de ánimo como una respuesta de apoyo para abordar esta creciente preocupación.
El horizonte de estos desarrollos se está ampliando con rapidez. Si bien, es difícil precisar la cantidad exacta de apps disponibles, se estima que existen más de 300.000, de las cuales cerca de 12.000 están enfocadas en salud mental [4].
Fitbit, MoodPath, MobiMood, Daylio, MoodKit y Remente, por nombrar algunos ejemplos, brindan una solución práctica que permite a los usuarios registrar sus emociones diarias, identificar patrones y desencadenantes, establecer metas y recibir sugerencias individualizadas.
Algunas ofrecen diarios digitales interactivos, ejercicios de relajación, técnicas de meditación y consejos sobre hábitos saludables. La información recopilada podría proporcionar una visión más completa de patrones emocionales y ayudar a los profesionales de la salud a personalizar estrategias de tratamiento.
¿Sirven? Qué dice la ciencia
Un grupo de investigadores del Departamento de Ciencias Psicológicas de la Universidad de California en Estados Unidos realizó un estudio con entrevistas con usuarios de estos programas para comprender motivaciones y experiencias.
"Algunos participantes comenzaron a realizar el seguimiento debido a acontecimientos de su vida, mientras que otros lo hicieron por recomendaciones, indicaciones o sugerencias de terceros", comenta el psicólogo clínico Stephen Schueller, uno de los autores.
En general, encontraron que "les ayudó a mejorar su autoconciencia, promovió la autorreflexión, permitió relacionar su estado anímico con otros factores y les ayudó a intervenir o buscar ayuda".
Hacia la psiquiatría digital
Dado que estos problemas no pueden resolverse sólo con profesionales capacitados, es crucial ampliar los recursos disponibles para aquellos que los necesitan. En esa línea, la psiquiatría y psicología digital podrían representar un camino viable, ya que abarcan una variedad de soluciones que van desde aplicaciones autoguiadas, hasta herramientas de apoyo para pacientes que participan en la atención tradicional, así como plataformas de telemedicina para acceder a especialistas cuando no están disponibles localmente.
Schueller es el director ejecutivo de One Mind PsyberGuide, un proyecto sin fines de lucro que "a través de una evaluación rigurosa de la tecnología y promoción de las mejores prácticas científicas, busca guiar la ciencia, práctica, desarrollo y uso de herramientas digitales de salud mental en diversos entornos".
"Poner a disposición estas herramientas no resolverá todos nuestros problemas. Sin embargo, se ha demostrado que sí son eficaces en diversos grados y lo son, aún más, cuando cuentan con algún tipo de apoyo humano".
Dado que un pequeño número de estos avances está respaldado por evidencia científica, "nosotros los revisamos en función de su credibilidad, experiencia de usuario y transparencia de las prácticas de privacidad".
Esto les permite acercar recursos confiables a aquellos que carecen de acceso al apoyo tradicional y ayudarles a explorar cómo utilizarlos para su beneficio personal y emocional.
Panorama actual
La realidad presenta desafíos significativos, considerando que una de cada ocho personas tiene este tipo de problemas, principalmente ansiedad y condiciones depresivas. Durante la pandemia por COVID-19, se estima que aumentaron en un 26% y 28%, respectivamente. De ellas, tres de cada cuatro no reciben tratamiento o este es inadecuado. Además, la cifra de adolescentes con estos trastornos está en aumento, afectando a uno de cada siete jóvenes, nuevamente la depresión es la principal causa de enfermedad y discapacidad [5].
Aunque las aplicaciones pueden ser un complemento valioso para el apoyo profesional en la gestión de la salud mental, este "auxilio tecnológico" debe ser coadyuvado con autocuidado, rutinas saludables, ejercicio, tiempo de meditación y terapia.
Reducir la prevalencia y la carga que representan para los individuos, sus familias y la sociedad se ha vuelto una tarea titánica y desafiante, que urge abordarla de manera proactiva.
Referencias
[1] Schueller SM, Neary M, Lai J, Epstein DA. Understanding People's Use of and Perspective s on Mood-Tracking Apps: Interview Study. JMIR Ment Health. 2021;8(8):e29368.
[2] Rideout V, Fox S, Peebles A, Robb MB. Coping with COVID-19: How young people use digital media to manage their mental health. https://assets.hopelab.org/wp-content/uploads/2021/03/2021-coping-with-covid19-full-report.pdf
[3] Krebs P, Duncan DT. Health App Use Among US Mobile Phone Owners: A National Survey. JMIR Mhealth Uhealth. 2015;3(4):e101.
[4] Neary M, Schueller SM. State of the Field of Mental Health Apps. Cogn Behav Pract. 2018;25(4):531-537
[5] Una nueva agenda para la salud mental en las Américas. https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/57504/9789275327265_spa.pdf
Por Carolina Faraldo Portus
