Bipolaridad v/s creatividad artÃstica
"¿Por qué razón todos aquellos que han sido hombres de excepción, bien en lo que respecta a la filosofÃa, o bien a la ciencia del Estado, la poesÃa o las artes, resultan ser claramente melancólicos, y algunos hasta el punto de hallarse atrapados por las enfermedades provocadas por la bilis negra ...?".
Este problema, planteado por Aristóteles hace cerca de 3 milenios, dejó unidos de manera eterna a la melancolÃa y la genialidad, aspectos que han sido estudiados en la historia de Occidente a través de los años. En el siglo XIX la psiquiatrÃa comenzó a entrometerse activamente en un área que habÃa quedado reservada -hasta esos tiempos- a filósofos, poetas, escritores, músicos, biógrafos.
Desde entonces se han publicado muchos trabajos psiquiátricos que tienen una caracterÃstica común: sus conclusiones que amparadas bajo el alero de la supuesta objetividad y prestigio de la ciencia son reflejo de la teorÃa psicopatológica reinante en esos tiempos. Se desarrolló una orientación especial de la investigación: la patografÃa o análisis clÃnico de la biografÃa, que perseguÃa diagnosticar cientÃficamente el tipo de padecimiento espiritual de los individuos geniales.
Grandes actores, músicos, pintores, escritores, poetas, polÃticos, deportistas y otras mentes creadoras han convivido con enfermedades del ánimo. En algunos casos cientÃficamente comprobada y, en otros, sin el visto bueno de la medicina. Lo cierto es que grandes genios tuvieron depresión y, en particular, sufrieron de trastorno bipolar o enfermedad maniaco-depresiva.
Robert Schumann, Piotr Tchaikovsky, Charles Mingus, Edgar Allan Poe, Tennessee Williams, Ezra Pound, William Blake, Lord Byron y Vincent van Gogh, Virginia Woolf, Sammuel Beckett, Ernest Hemingway, Robert Schumann y Hölderlin, entre otras personalidades sufrieron bipolaridad. Muchos otros creadores padecieron de ciclotimia, que es la hermana menor de la bipolaridad, pero ello no impidió que pudieran desarrollarse como grandes artistas. Según diagnósticos actuales, existirÃa una relación entre la creatividad y ciertos trastornos del ánimo, lo que no implica que quienes presentan estados depresivos necesariamente sean grandes artistas o creadores.
En 1854, esta patologÃa fue definida como "locura circular", debido a que presentaba una sucesión de estados maniacos y melancólicos con largos intervalos de lucidez, que sumÃa a los pacientes en extremos estados anÃmicos.
Esta definición marcó la diferencia y sus hallazgos permitieron diferenciar la depresión de la psicosis manÃaco-depresiva, la que más tarde serÃa denominada trastorno bipolar. Desde ese momento, la psiquiatrÃa comenzó a dar cuenta de esta extraña enfermedad mental que se caracterizaba principalmente, por la alternancia de dos perÃodos: uno de excitación y felicidad extrema y repentinos episodios de profunda depresión.
Recientes estudios y definiciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la describen como una enfermedad que altera los mecanismos que controlan los estados de ánimo, los cuales son regulados por el sistema lÃmbico, también llamado "cerebro emocional". En una simple definición, los bipolares padecen un desorden extremo en esta zona del cerebro, impidiendo controlar la intensidad de sus emociones.
Los cambios de ánimo ocasionados pueden lastimar las relaciones interpersonales y causar un pobre desempeño en la vida cotidiana y con frecuencia se asocian a los sÃntomas psicóticos, tales como las alucinaciones, desilusiones o con desórdenes del pensamiento. Los dos extremos de la enfermedad son la manÃa y la depresión.
Uno de los principales desafÃos de la psiquiatrÃa actual es definir y delimitar el espectro de sÃntomas que indican la presencia de este desorden, sobre todo cuando actualmente se consideran dos tipos de bipolaridad.
El trastorno bipolar tipo I , que se solÃa confundir con esquizofrenia, es la presentación más tÃpica de la enfermedad, donde el paciente sufre de estados manÃacos de siete o más dÃas de duración que, a veces, terminan con la hospitalización. La bipolaridad tipo II se caracteriza por presentar fases manÃacas que no duran más de cuatro dÃas y menos intensas que no interfieren con la vida del paciente. También existe el trastorno bipolar tipo mixto, que cursa con sÃntomas depresivos y manÃacos al mismo tiempo.
Aunque su causa es desconocida, se presume que quienes la sufren han heredado una vulnerabilidad biológica que trae como consecuencia el desequilibrio de un sistema mediado por las sustancias quÃmicas del cerebro, llamadas neurotransmisores. En algunos casos es esta fragilidad, unida a situaciones sociales adversas, la que origina la enfermedad. En otros casos, puede presentarse espontáneamente, sin que sea gatillada por estresores ambientales.
La bipolaridad es un trastorno tan especial de la conducta y con tantas aristas que algunos han plateado la posibilidad de que antes que una enfermedad sea considerada un don, debido a la gran cantidad de artistas geniales que la han sufrido.
Según los estudios del doctor Hagop Akiskal, director del Departamento de PsiquiatrÃa de la Universidad de San Diego y uno de los máximos especialistas de este trastorno a nivel mundial, mientras los bipolares en la población general no pasan del 4 al 6 por ciento, entre los escritores llega al 50 y entre los artistas supera el 60 por ciento.
Bipolaridad no es sinónimo de discapacidad. Se puede vivir, crecer, crear y ser talentoso, no a pesar de la bipolaridad sino gracias a ella, porque aunque resulte difÃcil imaginar puede ser un don. Si bien esta enfermedad no produce genios, lo cierto es que sà facilita o posibilita la producción de un pensamiento creativo.
