La odontología en la prehistoria
La odontología es la rama de la medicina que estudia las enfermedades de los dientes y tejidos blandos de la boca, su prevención y tratamiento. No resulta extraño entonces que el cuidado de la boca haya sido, desde siempre, una prioridad para el ser humano y que las técnicas para preservar la funcionalidad de las piezas dentales hayan empezado a desarrollarse casi al mismo tiempo que la agricultura.
En la edición del 6 de abril de la prestigiosa revista británica Nature, un grupo de investigadores italianos, franceses y mexicanos consiguieron demostrar con sólidas pruebas la existencia de una sofisticada cirugía dental en plena Edad de Piedra, hace 9.000 años, mucho antes de lo que se pensaba. Hasta ahora, las únicas pruebas de una actividad similar se reducían a unos pocos casos aislados, realizados tres mil años antes de los que aparecen publicados.
La especie humana ha padecido problemas dentales desde sus orígenes, ante los cuales ha ido buscando diferentes soluciones. Es así como culturas alejadas y sin ninguna relación entre sí, trataron de buscar alternativas de tratamiento al edentulismo(carencia o pérdida de piezas dentales) lo que demuestra la importancia que el hombre ha concedido, desde los primeros tiempos, a esta mutilación.
Culturas totalmente distantes tanto en tiempo como en espacio –entre ellos los fenicios, etruscos, romanos y pueblos de la América precolombina- practicaron la implantología dental de diferentes maneras y dejaron vestigios de este proceder.
El implante es un “diente artificial” en el que la función de la raíz del diente la realiza un tornillo de titanio que se implanta en el hueso maxilar. Para ello hay que abrir un lecho en el hueso, con instrumentación quirúrgica y anestesia local. Tras la colocación del implante hay que esperar un tiempo a que se produzca la integración entre la superficie del implante y el hueso, y después se coloca una corona cementada al extremo libre del implante.
Las prótesis fijas o “puentes” constan de unas fundas que se colocan en los dientes que están en los extremos del espacio del diente o dientes que faltan (se llaman pilares), y que hacen de soporte de la corona que ocupará dicho espacio (póntico). Para poder confeccionar las fundas de los pilares hay que tallar estos dientes para reducirlos de tamaño.
Ya en el año 3.000 antes de Cristo, los egipcios tenían reconocidos dentistas, capaces de perforar piezas dentales para disminuir el dolor, donde los granos de sal eran usados para tratar las caries dentales.
En 1862 se descubrió cerca de la antigua ciudad de Sidón –situada a 48 kilómetros al sur de Beirut, la capital de Líbano- una prótesis que se habría utilizado 400 años antes de Cristo en la que cuatro dientes naturales inferiores se encontraban sujetando a dos dientes tallados en marfil que reemplazaban a dos incisivos inferiores desaparecidos. Años mas tarde, en la misma ciudad, encontraron una mandíbula de 2.500 años de antigüedad cuyos incisivos afectados por una enfermedad peridional se habían sujetado con un entramado hecho con alambres de oro.
Los etruscos fueron un enigmático pueblo cuyo núcleo histórico actualmente conocido fue la Toscana a la cual dieron su nombre. Tuvieron su momento de esplendor entre los siglos VIII y VII antes de Cristo. Se dedicaron por entero al comercio desde el inicio hasta el final de su civilización, principalmente marítimo, aunque también terrestre. Dentro de la práctica odontológica utilizaron puentes construidos para reemplazar uno o más dientes perdidos. Para ello, preparaban tiras planas de oro puro para rodear los dientes sanos, mientras que los dientes artificiales se sujetaban a estas bandas sustituyendo así los perdidos y haciendo la función de pónticos, donde se usaban dientes de vaca y bueyes jóvenes que no estuviesen desgastados.
Dentro del Imperio Romano fueron los médicos los que se encargaron de realizar prácticas odontológicas. Existen importantes vestigios que demuestran que además de realizar tratamientos bucales eran expertos restauradores de dientes cariados con coronas fijas de oro y reemplazando dientes perdidos con prótesis fijas. Dentro de las Leyes de las Doce Tablas se hace referencia a ligaduras con alambres. Este hecho revelaría que la odontología protésica ya se practicaba en aquella época. Ya en la Era Cristiana, la prótesis dental se había sofisticado bastante, siendo común el uso de dentaduras totales o parciales.
En el año 2003 se descubrieron en Mehrgarh, Baluchistan, parte de lo que ahora es Pakistán, restos de once coronas molares perforadas con un taladro de pedernal que demostraría que las caries dentales han sido tratadas hace, por lo menos, 8.000 años.
Los arqueólogos observaron en ellos pequeñas cavidades perfectas en dos morales de dos personas diferentes. En todos los casos, las marcas de desgaste confirmaron que las perforaciones se realizaron sobre personas vivas, sin anestesia, y utilizando una herramienta que originalmente estaba pensada para diseñar piezas ornamentales.
La evidencia prehistórica muestra la larga tradición de una especie de proto odontología en culturas muy antiguas donde se realizaban intervenciones paliativas y curativas. Los investigadores creen que las perforaciones eran rellenadas con algo, pese a que no se ha descubierto ninguna especie de relleno.
Estas investigaciones ponen al descubierto que el cuidado de la salud bucal fue una preocupación constante dentro de los pueblos primitivos. Incluso, la práctica de incrustar hermosas piedras, sobre todo en cavidades realizadas en los incisivos superiores e inferiores, demuestra la importancia estética que los dientes tenían dentro de las antiguas culturas.
