Evita las bajas temperaturas y prevendrás un infarto
Este año los fríos se han hecho notar y las consecuencias son variadas. La temperatura promedio de julio en Santiago fue la más baja en 98 años con 5,6 grados, una de cada tres personas acudió a consultar por enfermedades respiratorias en el mismo mes y las cosechas de nuestros agricultores se han visto perjudicadas por las fuertes heladas.
Pero, lamentablemente, esto no es todo: un reciente estudio publicado en la revista British Medical Journal (BMJ 2010;341:c3823) demostró que las bajas temperaturas están asociadas a un aumento del riesgo de sufrir un infarto de miocardio. Esto se explicaría porque durante los días muy fríos los vasos sanguíneos se contraen e incrementan las posibilidades de obstrucción y que sobrevenga un paro cardíaco, sobre todo en los varones y en las mujeres mayores de 60 años.
Esta información es especialmente relevante si se considera que la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo y también en nuestro país, donde cada día mueren nueve mujeres de infarto al miocardio.
La mencionada investigación, realizada por científicos de la London School of Hygiene & Tropical Medicine del Reino Unido, demostró específicamente que cada reducción de un grado centígrado en las temperaturas de un lugar en un solo día está asociada a cerca de 200 infartos de más (considerando que en Reino Unido se producen cerca de 146.000 infartos cada año).
¿Cómo lo descubrieron? los autores analizaron los datos de 8.010 pacientes ingresados a hospital por un infarto de miocardio entre 2003 y 2006. Después, compararon estas cifras con las temperaturas diarias registradas en Inglaterra y Gales. Los resultados, tras ajustar factores como la contaminación ambiental, la actividad gripal, la estacionalidad y las tendencias a largo plazo, demostraron que una reducción de un grado centígrado en la temperatura media diaria estaba asociada a un incremento acumulado del 2% en el riesgo de infarto de miocardio durante un periodo de 28 días. El mayor riesgo se registró dentro de las dos semanas de exposición.
Según destacó la principal autora del equipo, Krishnan Bhaskaran, “la gente mayor, entre los 75 y los 84 años, y aquellas personas que han tenido antes enfermedades coronarías parecen ser las más vulnerables a los efectos de las bajas temperaturas” y, por el contrario, destacó que “los pacientes que han estado tomando ácido acetilsalicílico durante un largo periodo de tiempo parecían ser menos vulnerables”.
A esto la científica agregó que “no hemos visto que aumente el riesgo de sufrir un infartos con las temperaturas altas, posiblemente porque las temperaturas en Reino Unido en raras ocasiones son muy elevadas”, comentó.
También existen otras investigaciones, realizadas por ejemplo en Francia, donde aseguran que el frío aumenta el riesgo de infarto agudo de miocardio en las personas que presentan tensión arterial alta. Los vasos sanguíneos se contraen ante ambientes poco cálidos para conservar el calor corporal, por lo que es más probable su obstrucción y el posterior infarto.
Con todo, y considerando que estamos en el mes del corazón, los especialistas y autoridades relacionadas pueden tomar ahora en cuenta otro factor para la prevención de enfermedades cardiovasculares. Así, el evitar pasar fríos intensos y procurar estar a una temperatura moderada se sumaría a la lista de precauciones que difunden las campañas cardiológicas.
