Tendencias en anticoncepción masculina
La conmemoración del Día Mundial de la Vasectomía vuelve a poner en debate la salud sexual de los hombres y evidencia cambios en el perfil de quienes optan por este procedimiento.
La vasectomía sigue siendo uno de los métodos anticonceptivos más eficaces y seguros disponibles. Sin embargo, continúa rodeada de dudas y mitos. Bajo el contexto del Día Mundial de la Vasectomía —que se recuerda cada noviembre— especialistas destacan que la conversación en torno a la salud sexual masculina avanza, pero aún enfrenta barreras culturales.
De acuerdo con datos recientes del grupo Interclínica, entre enero y septiembre de 2025 se registró una disminución de 9,1% en la realización de vasectomías. Para los expertos, más que un retroceso, esta cifra abre interrogantes sobre los factores que influyen en la toma de decisiones reproductivas actuales: ¿persisten los mitos? ¿han cambiado las motivaciones de quienes consultan? ¿existe mayor reflexión antes de optar por un método permanente?
Lo cierto es que el perfil del paciente ha evolucionado. Ya no se trata únicamente de hombres que consideran concluida su etapa de paternidad. Hoy consultan también quienes buscan una distribución más equitativa de la responsabilidad anticonceptiva dentro de la pareja, quienes no desean que la carga recaiga siempre en la mujer, quienes proyectan una vida sin hijos y, cada vez más, hombres jóvenes que toman decisiones informadas con claridad y convicción.
Para el urólogo Fernando Guerra, de Los Carrera Interclínica, este avance se consolida cada vez que un hombre se informa, consulta y dialoga, abriendo paso a decisiones más conscientes y compartidas en salud sexual.
En este escenario, los especialistas enfatizan que el rol del equipo médico no es juzgar, sino acompañar mediante información clara y orientación responsable. La vasectomía no afecta la función sexual ni hormonal; es un procedimiento ambulatorio, poco invasivo, altamente eficaz y de recuperación rápida. Sin embargo, exige reflexión, ya que se trata de una decisión permanente.
Más allá de la técnica quirúrgica, la discusión refleja transformaciones sociales profundas: mayor autonomía reproductiva, proyectos de vida diversos y una concepción más equitativa de la anticoncepción.