Tecnologías para prevenir suicidio adolescente
Equipo multidisciplinario desarrolló modelo de intervención basado en herramientas informáticas y de telecomunicaciones para reducir riesgo en este grupo.
El suicidio es una epidemia silenciosa que constituye un problema de salud pública importante y prevenible. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año fallecen 1,2 millones de adolescentes de entre 10 y 19 años, es decir, diariamente se registran 3.000 casos fatales. Más de dos tercios de ellos ocurren en países en vías de desarrollo, especialmente en África y en el sureste asiático; y se estima que para 2020 las víctimas podrían ascender a 1,5 millones.
Por cada muerte atribuible a esta causa se producen entre 10 a 20 intentos fallidos, que se traducen en lesiones, hospitalizaciones y traumas emocionales y mentales. Estas tasas tienden a aumentar con la edad y existe evidencia respecto al incremento alarmante de los comportamientos suicidas entre jóvenes de 15 a 25 años en todo el mundo.
Conscientes de esta realidad, hace cuatro años un grupo interdisciplinario de profesionales –psiquiatras, psicólogos, ingenieros informáticos e investigadores jóvenes chilenos– se propuso desarrollar una plataforma web y una aplicación móvil para prevenir suicidio y para fomentar salud mental y bienestar en este grupo de la población.
Bajo el alero de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, la Universidad Bernardo O’Higgins y la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) nació “CLAN, un proyecto de investigación para el desarrollo y evaluación de un modelo de intervención basado en tecnologías de la información y de la comunicación (TICs) para reducir el riesgo de suicidio adolescente en establecimientos educacionales de las Regiones Metropolitana, de Valparaíso y de O’Higgins”.
Para que la plataforma no quedara circunscrita al mundo netamente académico, en su proceso de creación se consideró la mirada de un grupo de jóvenes entre 11 y 19 años que representaron la visión de los potenciales usuarios, una característica innovadora que, de acuerdo con la evidencia científica, no había sido incorporada en estudios previos.
Además, como debía ser atractivo para adolescentes, el equipo prestó suma atención al nombre: CLAN, que envuelve un sentido de colaboración y comunidad; y a la identidad visual del proyecto, donde a través de un espacio inclusivo y seguro se respeta la diversidad cultural y sexual a través de avatares que fomentan la libre expresión y participación anónima.
Una vez implementado el proyecto piloto en colegios y liceos de las Regiones Metropolitana, de Valparaíso y de O’Higgins, quienes participaron en él valoraron los informativos sobre temas de salud mental y contenidos relevantes, por ejemplo, identidad de género, en un lenguaje acorde con la cultura adolescente; agradecieron los espacios abiertos para la discusión de ellos a través de foros y chat en línea; y, además, realizaron algunas sugerencias para su promoción.
Los resultados preliminares de este modelo de intervención, que han sido presentados en distintos encuentros académicos, son promisorios dan cuenta que el concepto y objetivo de la plataforma se cumplen; que los usuarios lo comprendieron como un sitio seguro, con información clara y elocuente; y que se encontró una mejoría significativa en los indicadores de riesgo suicida y autoestima en el grupo que se familiarizó con la herramienta digital.
CLAN se adjudicó un nuevo Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) para seguir adelante con este proyecto, que busca llegar a más comunas del país.
