Revisión odontológica preventiva
Un oportuno chequeo bucal permite identificar, incluso, patologías como diabetes, reflujos gastrointestinales o trastornos de ansiedad.
Pese a la relevancia que tiene la salud dental, son pocas las personas que cumplen con acudir, al menos una vez al año, a revisión con un especialista. Según explica el doctor Guillermo Salgado, director odontológico nacional de IntegraMédica, “este chequeo tiene la misma relevancia que los exámenes anuales preventivos de la salud en general”.
Al respecto, asegura que “las revisiones preventivas de la cavidad oral nos permiten identificar y pesquisar cualquier anomalía de forma o función en relación a estructuras dentarias, lengua y mucosas. Además, favorece la identificación de hallazgos clínicos de enfermedades crónicas de orígenes diferentes a los asociados a la cavidad oral”.
Precisamente, la gama de patologías que se puede pesquisar mediante el chequeo dental es bastante amplia, ya que abarca enfermedades o lesiones localizadas, y otras que pueden incluso comprometer la vida. “El origen de estas enfermedades puede ir desde patologías infectocontagiosas hasta neoplasias de origen maligno. No obstante, estas revisiones pueden detectar otras complicaciones de tipo crónicas como diabetes, hipertensión y/o inmunodepresiones, así como también trastornos ansiosos y alimentarios”, aseguró.
Por otra parte, el odontólogo es enfático en informar sobre el proceso y exámenes que deberían realizarse las personas a través de la edad: el primer contacto de una persona con el chequeo oral debiese ser a los 6 meses de edad, para luego continuar a los 2, 4,6,9,12,15 y 18 años.
“Estas corresponden a edades claves de revisión, ya que marcan distintos hitos en el desarrollo maxilar y dentario, sin desmedro de que los chequeos debiesen ser en niños y adolescentes al menos dos veces al año, dependiendo del riesgo e indicación del dentista tratante”.
Asimismo, agrega que los adultos debiesen acudir a una consulta dental, al menos, una vez al año, lo cual puede variar según la condición de salud de cada persona. “Siempre hay alternativas para realizar un buen control y mantener un estado de salud estable”, concluyó.
