SAVAL en el Arte y la Cultura:
Médicos analizan la enfermedad como elemento creativo
En primera sesión de este ciclo de encuentros en Viña del Mar, más de 35 profesionales participaron de la conferencia dictada por el reconocido cardiólogo Eduardo Bastías Guzmán.
No son pocos los estudiosos que han explorado la obra de Antón Chéjov, Franz Kafka y Jorge Luis Borges con la finalidad de relacionar las enfermedades que padecieron con sus personajes y con sus historias de estatura universal.
Por ejemplo, Kafka fue uno de los autores más originales y extraños de principios del siglo XX, que enriquecieron el caudal de la literatura europea con nuevas ideas, estilos y perspectivas. Si bien hay muchos críticos literarios que han tratado de encontrarle un sentido específico a su creación, la verdad es que el autor representaba mucho más que el estereotipo de una figura solitaria que escribía movida por la angustia, y que su trabajo era mucho más deliberado, subversivo y, no obstante, más alegre de lo que parecía ser.
La obra y la biografía suelen constituirse como un todo en la vida de los escritores y en sus mejores páginas siempre está la huella de aquello que les tocó vivir. Con el objetivo de revisar parte de las biografías y algunas citas que dan cuenta de la influencia de las enfermedades en el mundo creativo de los literatos mencionados, se desarrolló en la ciudad de Viña del Mar el primer encuentro de SAVAL en el Arte y la Cultura 2015, una histórica iniciativa de Laboratorios SAVAL que busca entregar un constante apoyo al desarrollo y difusión de diferentes e interesantes ramas de las humanidades.
El encargado de abrir este ciclo fue el cardiólogo Eduardo Bastías Guzmán, reconocido especialista de la Región de Valparaíso, iniciador de la carrera de medicina en la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, académico correspondiente de la Academia Chilena de Medicina, que ha formado generaciones traspasando generosamente su experiencia y conocimiento; y –además- escritor.
Su vocación literaria lo llevó a imaginar, mientras trabajaba con pacientes de Sida en el Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, una historia de ficción que da a conocer a la juventud el drama íntimo de las personas que sufren esta enfermedad. Dónde vuelan los cóndores, se transformó en lectura recomendada por el ministerio de Educación con 27 ediciones y los catapultó como el creador, en nuestro medio, de la novela didáctica: un nuevo estilo de narrativa en la que no se entregan normas ni recomendaciones, ya que las enseñanzas son las conclusiones que el propio lector saca de la obra.
“Es claro que las enfermedades no sólo afectan a la salud de las personas, sino que también a sus comportamientos y quehaceres. En el caso que hoy vimos los escritores no están ajenos a esto. Incentivado, primero, por la ceguera de Borges y, luego, por la enfermedad de Kafka decidí buscar algún factor común entre grandes escritores, de cómo la patología modificó su vida y, posiblemente, sus obras literarias”.
“En unos talleres de literatura en los que participé, alguna vez se hizo mención al problema de discapacidad visual que tenía Borges, pero poco se hablaba de su enfermedad: en qué consistía o cuándo comenzó, por ejemplo. Eso me llevó a investigar, hasta encontrar referencias científicas que resultaron interesantes para la audiencia. Probablemente los oftalmólogos conocían el por qué el escritor llegó a la ceguera, pero el resto que los profesionales de la salud te aseguro que no y saber los detalles fue una de las cosas interesantes que hoy revisamos”, finalizó el doctor.

Dres. Pedro Meneses, Eduardo Bastías y Sra. Ximena Lyng