Inyecciones para tratamiento de la diabetes
La FDA aprobó recientemente el uso del médicamento semaglutida, el que además ayuda a bajar de peso. Sin embargo, se deben hacer cambios permanentes en los estilos de vida.
La diabetes es una enfermedad crónica que produce alza en los niveles de azúcar en la sangre, lo que puede traer importantes complicaciones a corto y largo plazo; entre ellas, mayor riesgo de infarto al corazón, retinopatía diabética, insuficiencia renal, y aumento en el riesgo de ataques cerebrovasculares.
De acuerdo con el doctor Gonzalo Godoy, diabetólogo de Clínica Alemana, para prevenir que esto ocurra, “se debe llevar un estilo de vida saludable de manera permanente”. Ello implica seguir una alimentación sana, realizar 150 minutos de actividad física a la semana y evitar el tabaco.
Sin embargo, estas no son las únicas condicionantes, ya que también se pueden incluir fármacos para el mejor abordaje de esta enfermedad, los que además ayudan a disminuir la posibilidad de aparición de complicaciones y mejorar el pronóstico.
“Dentro de los medicamentos en uso, actualmente se prefieren aquellos que no solo mejoren la glicemia, sino que además aporten beneficios en disminuir las dificultades asociadas a padecer diabetes y aporten a la calidad de vida de nuestros pacientes. Dentro de estos tienen especial interés los inhibidores de recaptación de glucosa en el riñón y los similares a una hormona llamada incretina, que son inyectables. Estos medicamentos además favorecen la baja de peso y actúan sobre distintos mecanismos que dañan al paciente diabético”, explica el doctor Godoy.
Según el especialista, los medicamentos inyectables, además de ayudar a mejorar la glicemia, tienen beneficios sobre el peso al inhibir el apetito y aumentar la saciedad. “Por esto, dos de ellos están autorizados para ser utilizados en obesidad sin que necesariamente los pacientes sean portadores de diabetes”, detalla.
Finalmente, el doctor Godoy enfatiza en la importancia de tener en cuenta que “la pérdida de peso se mantiene mientras se use la medicación, por lo que en ese tiempo se debe actuar sobre modificaciones del estilo de vida, de modo tal que, al suspender su uso, el paciente tenga una conducta diferente frente en la alimentación y la actividad física. Si no se modifican hábitos, ninguna medicación resulta efectiva a la hora de suspender su uso”.
