Impacto del cambio de hora en el organismo
El ajuste del reloj no solo modifica la rutina diaria, también altera el ritmo circadiano y puede generar insomnio, irritabilidad y fatiga. Especialistas recomiendan medidas preventivas para reducir sus efectos en la salud.
Cada año, miles de personas deben adelantar o atrasar sus relojes en función del horario estacional. Lo que parece un simple trámite, en realidad influye en procesos biológicos clave, como el ciclo del sueño y la regulación de la energía.
"Este cambio interrumpe el ritmo circadiano, que es el reloj interno encargado de regular funciones vitales. Por eso no es raro que surjan cansancio, irritabilidad, dificultades para concentrarse o problemas para dormir", explica el doctor Carlos Vera, jefe de Urgencias de San José Interclínica.
Para minimizar estos efectos, los especialistas sugieren prepararse con anticipación. Una estrategia eficaz es adelantar la hora de acostarse de manera progresiva en los días previos, lo que permite que la transición sea más suave. "Mantener horarios regulares para dormir y despertar facilita que el organismo se adapte con mayor rapidez", señala el doctor Vera.
El entorno también juega un papel fundamental. Reducir la exposición a pantallas, limitar la luz artificial y procurar un ambiente tranquilo contribuyen a un descanso más reparador. Se aconseja evitar comidas copiosas y el consumo de cafeína o alcohol durante la noche.
La actividad física es otra aliada. "El ejercicio regular ayuda a reducir el estrés y mejora la calidad del sueño, aunque no se recomienda realizarlo justo antes de acostarse, porque puede dificultar el inicio del descanso”, advierte el especialista.
Si bien el cambio de hora puede percibirse como una molestia inevitable, adoptar hábitos saludables durante esos días de ajuste permite que el cuerpo logre adaptarse mejor. Tal como subraya el doctor Vera, "lo que hagamos en esta etapa marcará la diferencia entre arrastrar el cansancio o mantenernos en equilibrio".
