Impacto de la pandemia en poblaciones vulnerables
Estudio resaltó las inequidades en el exceso de mortalidad asociadas a la COVID-19 en 21 ciudades de Chile.
La doctora Alejandra Vives, académica del programa de magíster en salud pública de la Universidad Católica formó parte del grupo de investigación de un reciente estudio publicado en Journal of Urban Health, que resalta las inequidades en el exceso de mortalidad durante la pandemia por COVID-19 en 21 ciudades de Chile.
Según la indagación, realizada por investigadores del proyecto Salud Urbana en América Latina (SALURBAL), entre enero de 2020 y junio de 2021 se observó en Chile un exceso de 22 mil muertes. Los mayores incrementos se presentaron en las ciudades de Calama e Iquique (40%), seguidas por Osorno (36%). En tanto, en Santiago, se observó un aumento del 29%.
A nivel de comunas las diferencias son aún mayores, especialmente en las ciudades más grandes. En Santiago, mientras algunas comunas tuvieron excesos de hasta un 60%, otras vieron reducida su mortalidad en hasta un 15%.
“Los mayores aumentos porcentuales se presentaron en preferentemente en la zona metropolitana y macrozona norte. Estas diferencias podrían ser reflejo de la diversidad de condiciones en las que el país vivió la pandemia, dependiendo del tipo de actividad económica de la zona o de empleo de los ciudadanos, por ejemplo”, reflexionó la doctora Tania Alfaro, autora principal del estudio.
También se analizó la asociación de estos incrementos en relación con las características de las zonas de estudio. En particular, aquellas con mayores niveles de hacinamiento presentaron más niveles de mortalidad excesiva relativa. Dentro de la capital, las municipalidades con alto nivel educativo -entre otros indicadores socioeconómicos-presentaron un menor exceso de muertes.
“El estudio es consistente con otros realizados en la región a raíz de la pandemia, llamando la atención las desigualdades que existen entre nuestras ciudades y regiones. Esto presenta una oportunidad para priorizar estrategias que ayuden a mejorar las condiciones de vida y prevenir, por ejemplo, las muertes prematuras en las comunidades más vulnerables, reducir la carga de enfermedad y mejorar la calidad de vida”, así lo afirma la doctora Vives a modo de conclusión de los hallazgos encontrados en la investigación.
