Hospital de Rancagua practica primera angioplastía renal
La paciente intervenida estaba ad portas de diálisis, su riñón izquierdo estaba prácticamente atrófico y el derecho tenía limitaciones en cuanto a su irrigación sanguínea.
La hipertensión renovascular es una de las causas potencialmente corregibles de hipertensión arterial (HTA) secundaria y puede ser consecuencia, en la mayoría de los casos, de un compromiso ateromatoso o, en menor medida, de una displasia fibromuscular de las arterias renales.
En estos casos los procedimientos de revascularización buscan controlar la hipertensión y detener la progresión del daño renal, donde la angioplastia renal ha demostrado tener resultados comparables a la cirugía, pero con menos morbilidad.
Fue precisamente esta técnica la que se comenzó a desarrollar con resultados exitosos por el equipo médico de la Unidad de Hemodinamia del Hospital Regional Rancagua (HRR). Así lo dio a conocer el cardiólogo intervencionista y coordinador cardiológico de dicha unidad Víctor Pérez León.
“Este es un procedimiento que se realiza a personas que padecen una afección que compromete la irrigación del riñón, con estrechez a nivel de arteria renal. Esta situación produce diferentes problemas, principalmente, que el riñón comience a funcionar cada vez peor. Junto con eso, aparecen cuadros de hipertensión severos, los que requieren control con cuatro o cinco medicamentos diferentes para poder mantenerse”, aseguró el profesional.
La angioplastía renal, explicó el médico, consiste en la instalación de una “mallita metálica” llamada Stent que se coloca donde está la estrechez, “lo cual permite que se recupere significativamente el flujo de sangre para que el riñón se irrigue mejor y funcione de manera óptima”.
Según la enfermera Claudia Silva Castro de la Unidad de Hemodinamia del HRR “el beneficio principal para el paciente es que se puede retardar, e incluso detener, la progresión del daño renal y, en segundo lugar, se logra controlar la presión arterial”.
“Si bien no significa que el paciente deje de usar medicamentos, su requerimiento de fármacos puede disminuir, lo cual se traduce en reducir los riesgos de accidentes cerebro vasculares, infartos, entre otros”, finalizó el doctor Pérez.
El equipo que participó en este procedimiento estuvo encabezado por los doctores Paulo Fuentes, jefe de la Unidad; y Víctor Pérez, médico a cargo del procedimiento; la enfermera Claudia Silva; las arsenaleras Sandra Zárate y Katiuska Arenas; la tecnólogo médico Mabelyn Bustos; la secretaria Elizabeth Rivera; y la auxiliar de servicio Pamela Cuevas.

