Guía para la prevención del suicidio adolescente
La publicación promovida por el Ministerio de Salud se sustenta en medidas que potencian factores protectores como el autocontrol, la resolutividad de problemas y la autoestima.
De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud, la depresión es la principal causa de enfermedad y discapacidad en adolescentes entre los 10 y 19 años. Dentro de este contexto, el suicidio se ubica entre las tres primeras causas de muerte, después de los accidentes de tránsito y el VIH/SIDA.
La tasa promedio mundial de suicidio es de 11,4 por 100 mil habitantes, lo que ha puesto en alerta a los expertos quienes coinciden que se trata de una realidad que debe ser enfrentada de forma seria e inmediata.
Para ello, investigadores de la Universidad de Chile y del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (IMHAY), participaron en la formulación de la guía "Recomendaciones para la prevención de la conducta suicida en establecimientos educacionales" la cual será promovida por el Ministerio de Salud.
La elaboración de dicho documento fue sustentada por investigaciones que confirmaron que intervenciones preventivas de la conducta suicida en colegios han probado ser efectivas para aumentar factores protectores - autocontrol, resolutividad de problemas y autoestima- y para reducir factores de riesgo.
A juicio de la doctora Vania Martínez, directora de IMHAY, “los adolescentes pasan mucho tiempo en los establecimientos educacionales, entonces es una oportunidad para desarrollar programas preventivos y detectar riesgo suicida. Esto, porque los colegios y su personal están en contacto directo con ellos, los conocen mejor y entonces, con ciertas herramientas, podrán fomentar factores protectores, distinguir qué se está escapando de la normalidad de este período e identificar a quienes requieran una ayuda profesional”.
La doctora Martínez adaptó la “Escala de Severidad Suicida” utilizada en la Universidad de Columbia”, con el propósito de evaluar, a través de diferentes preguntas, el nivel de riesgo suicida e indicar las acciones a seguir. “Este cuestionario ha sido probado y evaluado científicamente en varios contextos y ha demostrado su utilidad. Es un instrumento cuyo principal valor es que no necesita ser aplicado por un especialista, por tanto, el personal de colegio puede hacer uso de ella”, señaló.
“Es muy gratificante ver que finalmente todo el trabajo se plasmó en la creación de una herramienta que permitirá sensibilizar respecto al suicidio en adolescentes y que aportará en su prevención”, concluyó la facultativa.
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Dra. Vania Martínez Nahuel