Evalúan obesidad y riesgo de cesárea
Una investigación realizada por el Hospital San Borja Arriarán señala que las gestantes con esta condición tienen casi dos veces más de riesgo de ser sometidas a dicha intervención.
En la investigación liderada por las profesoras del Departamento de Promoción de la Salud de la Mujer y el Recién Nacido perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile Jovita Ortiz, María Begoña Carroza, Marcela Araya y María Paz Bertoglia, señalan que la obesidad pregestacional aumenta significativamente el parto por cesárea, y que, de erradicarla antes de la concepción, la incidencia podría disminuir en 32%.
Estos resultados, “resaltan la importancia de reducir la prevalencia de obesidad entre las mujeres en edad fértil, prevenir el aumento excesivo de peso gestacional y promover la recuperación de un estado nutricional normal después del parto”.
Según explica la profesora Carroza, “comenzamos este trabajo alrededor de 2015 y una de nuestras motivaciones fue tratar de caracterizar a la población gestante en sus indicadores maternos y perinatales, porque no existían muchos datos nacionales publicados. Otro de los fundamentos fue comenzar a evaluar la población de gestantes inmigrantes, pues en ese tiempo se decía que los indicadores maternos y perinatales nacionales presentarían un deterioro producto de su llegada. Así nació este proyecto que desarrollamos en el Hospital San Borja Arriarán, y dentro de los datos emergentes que obtuvimos, una de las mayores problemáticas de salud que encontramos era la obesidad”.
De esta forma, añade, “evaluamos el impacto de la obesidad sobre la incidencia de cesáreas, según sus subtipos: electiva, de urgencia y recurso. Esta última no está muy bien descrita a nivel mundial, es aquella que se indica a las pacientes que inician trabajo de parto vaginal y que, por complicaciones como dilatación estacionaria o una desproporción cefalopélvica, se termina en una cesárea”.
Dentro de los resultados más importantes, se determinó que el 21% de la población estudiada (2.309 mujeres) presentó obesidad pregestacional. “Y dentro de ese grupo, compuesto por chilenas e inmigrantes, las gestantes obesas chilenas triplicaron a las provenientes de otros países”.
La incidencia de cesáreas en esa población general fue de 34,8%, cifra que se desglosa en un 33% de estas intervenciones electivas, un 46% de urgencia y 21% de recursos. “Pero lo que más nos llamó la atención al revisar estos modelos de ajuste fue conocer cuánto era el impacto de riesgo de una cesárea en pacientes que fueran obesas, y nos dimos cuenta que las embarazadas que tuvieron obesidad pregestacional tuvieron 1,46 veces más riesgo de presentar una cesárea de cualquier tipo: para cesárea electiva observaron 1,74 veces más riesgo, y para cesárea de urgencia 1,44 veces más riesgo”.
A ello, hay que añadir que “estudiamos el riesgo atribuible, dato estadístico que permite proyectar qué pasaría si se logrará disminuir o erradicar la obesidad, y arrojó que las cesáreas disminuirían en un tercio si no tuviéramos la condición de obesidad en gestantes”, concluyó.