Estimulación cerebral en pacientes con Parkinson
Se ha convertido en un procedimiento quirúrgico utilizado cuando el tratamiento médico resulta ineficaz en estas y otras indicaciones, como la distonía.
La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo crónico producido por la destrucción de las neuronas dopaminérgicas que se encuentran en los ganglios basales y que intervienen en el control de los movimientos dentro del sistema nervioso central.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a una de cada 100 personas mayores de 60 años. Actualmente, existen cerca de siete millones de personas con esta enfermedad en el mundo y se prevé que para el 2030 llegarán a más de 12 millones.
Clínicamente la EP se caracteriza por la presencia de lentitud de movimientos, temblor de reposo y rigidez. Eso ha llevado a que se la considere y estudie como un trastorno motor. Pero, en las últimas décadas, ha aumentado el reconocimiento de manifestaciones no motoras como síntomas disautonómicos, apatía y deterioro cognitivo.
A pesar de que no existe ningún fármaco que retrase la progresión de esta patología, los especialistas cuentan con un arsenal terapéutico amplio que permite un buen control sintomático en cada una de sus fases y que garantizan una mejora de estos pacientes.
En algunos casos avanzados se puede recomendar la estimulación cerebral profunda (ECP), un tratamiento que consiste en implantar un dispositivo similar al marcapasos en el sistema nervioso, que hace tres décadas está devolviendo la calidad de vida a miles de personas en todo el mundo.
Su mecanismo de acción se basa en la capacidad de modificar el funcionamiento del sistema nervioso a través de estímulos eléctricos que son programados en forma externa por el médico y que pueden ser manipulados por el propio paciente dentro de los parámetros establecidos por el especialista.
En la Región de O’Higgins se implementó un Programa piloto de cirugía de estimulación cerebral profunda de EP gracias a una alianza de colaboración entre el Servicio de Salud O’Higgins (SSO), el Hospital Regional Libertador Bernardo O’Higgins (HRLBO), el Servicio de Salud Metropolitano Central (SSMC) y el Hospital Clínico San Borja Arriarán (HCSBA) de Santiago que cuenta con el apoyo financiero del Gobierno Regional (GORE).
La doctora Consuelo Burgos Aguirre, neuróloga del HRLBO, destacó que este programa “nació de los mismos pacientes quienes comenzaron a solicitar esta alternativa en el sistema público. Nosotros acogimos esa demanda y buscamos apoyo. En ese sentido el doctor Pedro Chaná Cuevas del HCSBA, experto a nivel nacional en esta técnica, nos ayudó a implementar esta moderna cirugía para nuestros enfermos”.
“Está dirigido a 15 pacientes de la Región de O’Higgins, beneficiarios de Fonasa, que se atienden en el sistema público y que cumplen con los criterios y requisitos para poder acceder a la cirugía que se realiza en el Hospital San Borja Arriarán. A la fecha, hemos beneficiado a seis pacientes. Ha sido una gran experiencia, porque no hemos experimentado ningún tipo de complicación. Todos han seguido su proceso de manera normal. Estamos en la etapa de programación y de ajuste farmacológico que es un proceso lento, pero estamos muy satisfechos con los resultados alcanzados”.
“Esta técnica mejora la calidad de vida de los enfermos con Parkinson al disminuir las fluctuaciones motoras, las que se distinguen por períodos en los que la función es normal (períodos “on”) y períodos “off”. Es decir, permite que el paciente esté menos tiempo en estados que no le dejan realizar su vida cotidiana, porque la cirugía reduce la intensidad y frecuencia de esos eventos y, al mismo tiempo, disminuye la dosis medicamentosa que necesitan, así como los potenciales efectos adversos que estos pudiesen tener”.
Para la doctora Burgos, esta alianza de colaboración está provocando un cambio real. “Con voluntad es posible ayudar a mejorar la salud pública. Este es un tratamiento bastante vanguardista a nivel nacional que está demostrando beneficios auténticos. Hoy lo estamos utilizando en Parkinson, distonías y temblor, pero también se han reportado avances en algunas patologías psiquiátricas refractarias a todo tratamiento farmacológico. Es una técnica con mucho futuro que esperamos poder implementar a nivel local en el hospital de Rancagua”.

Dra. Consuelo Burgos Aguirre
