La Escuela de Salud Pública (ESP) nació en 1943 con el nombre de Escuela de Salubridad, tras un acuerdo suscrito entre la Universidad de Chile, la Fundación Rockefeller y el Instituto Bacteriológico de Chile. Desde sus inicios, ha contribuido con la salud pública del país y promovido la investigación de los problemas sanitarios nacionales.

Este año, la institución conmemoró su aniversario número 73 con una ceremonia presidida por los doctores Óscar Arteaga Herrera, su director; y Manuel Kukuljan Padilla, decano de la Facultad de Medicina, en la que también se celebraron los 35 años del Magíster en Salud Pública.

En ese contexto, la doctora Muriel Ramírez Santana, académica e investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte (UCN) y presidenta de la Sociedad Chilena de Epidemiología (Sochepi), fue reconocida por su destacado desempeño como estudiante del Magíster en Salud Pública de la Universidad de Chile y por su trabajo en pos del desarrollo de la salud en el país.

“Desde su creación, en 1943, la ESP ha tenido una vocación formadora de recurso humano, cuya expresión actual es la importante participación en diversas carreras de pregrado, magíster en Salud Pública, en Bioestadística y Especialidad Médica. Programas que, en su conjunto, han logrado graduar a 895 estudiantes. Sin ánimo de arrogancia, podemos afirmar que los salubristas en Chile se han formado en la ESP”, destacó el doctor Arteaga.

“Para mí, es muy importante ser reconocida por mis pares y, esta vez, junto a colegas destacados en el área de la salud pública de nuestro país. Dentro de este grupo, existen personas que fueron importantes en mi formación, de quienes aprendí; y también compañeros y colegas de otras universidades”, señaló la doctora Ramírez.

La especialista enfatizó que la ESP “es el Alma Mater de muchos salubristas nacionales. Quedó demostrado en esta celebración, porque también fueron premiados profesionales de Copiapó, Magallanes, Concepción, Valdivia y Coquimbo. Con el tiempo, la enseñanza de salud pública se ha expandido y somos los formados en la escuela quienes ahora estamos formando. Nuestro aprendizaje está siendo transmitido a nuevas generaciones de profesionales y salubristas. Si bien la formación del Magíster entrega elementos de teoría y herramientas para la investigación en el área, el mayor crecimiento profesional se adquiere en la práctica, durante el trabajo diario”.

“Por personalidad, soy buena motivadora. Eso me ha ayudado a empujar iniciativas que han resultado exitosas. He podido compartir mi experiencia y dejar una pequeña huella en quienes me rodean: compañeros de trabajo y estudiantes. Esa es la valoración que queda demostrada con el premio”, finalizó.