Disminución de densidad ósea
La pérdida de densidad mineral ósea asociada al paso de los años y especialmente al período postmenopáusico, es un aspecto fisiológico.
Los huesos le dan soporte al cuerpo, permiten el movimiento y además protegen a los órganos. Durante la niñez y adolescencia almacenan calcio. Sin embargo, desde los 35 a 40 años, tanto en mujeres como hombres, comienza una pérdida progresiva y mantenida de densidad mineral ósea.
“Se calcula que perdemos entre 0.1% a 0.5% de densidad mineral ósea cada año. Luego de ocurrida la menopausia, las mujeres presentan una disminución acelerada, lo que las sitúa en una población especialmente de cuidado en lo que a salud ósea se refiere”, explica la doctora Francisca Illanes, endocrinóloga de Clínica Alemana.
Por otra parte, existe una estrecha relación entre la densidad mineral ósea y el riesgo de fractura, siendo más frecuentes en muñecas, vértebras y cadera. Estudios indican de forma estimativa que una de cada dos mujeres postmenopáusicas presentarán una fractura por fragilidad, lo cual se asocia a dolor, pérdida de funcionalidad, miedo a caídas, deterioro de su calidad de vida y mayor mortalidad.
“La fractura de cadera es la expresión más grave de una osteoporosis y se asocia a un alto riesgo de complicaciones y mortalidad”, enfatiza la endocrinóloga. Se recomienda que toda persona mayor de 50 años, especialmente mujeres, debería recibir una evaluación sobre su riesgo de fractura. Más aún en estos casos “antecedente de fractura de cadera parental, alguna otra enfermedad de consideración –como menopausia precoz o síndrome de malabsorción– o si toma medicamentos tales como prednisona, terapia antirretroviral, terapia hormonal del cáncer de mama, entre otros”, concluye.
La especialista recomienda llevar una alimentación balanceada y alta en calcio, “mientras crecemos es necesaria para el desarrollo músculo esquelético y lograr nuestro mayor peak de masa ósea posible. Durante la vida adulta sigue siendo importante para evitar el deterioro de nuestra masa ósea, por lo que se debe mantener la ingesta de lácteos u otros alimentos altos en calcio”.
Junto con lo anterior sugiere realizar actividad física regular, “una buena masa muscular mejora el equilibrio, postura y previene el riesgo de caídas que pueden resultar en una fractura”. Y, por último, controlar factores que puedan desencadenar una caída, tener precaución con medicamentos que alteren el estado de alerta.
