Día Mundial del ACV: prevenir es la mejor terapia
El accidente cerebrovascular sigue siendo una de las principales causas de muerte y discapacidad. Especialistas destacan que modificar hábitos cotidianos puede evitar hasta el 80% de los casos.
El accidente cerebrovascular (ACV) continúa siendo una de las mayores amenazas para la salud pública en Chile y el mundo. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 15 millones de personas lo sufren cada año, y cerca de un tercio queda con secuelas permanentes. En el contexto nacional, se reportan alrededor de 25 mil casos anuales, lo que sitúa al ACV como la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres.
De acuerdo con cifras del grupo Interclínica, los ingresos hospitalarios por esta causa aumentaron en promedio un 32% durante el primer semestre de 2025, comparado con el mismo periodo del año anterior. El incremento fue más notorio en los centros de Iquique y Quilpué, donde los casos prácticamente se duplicaron, mientras que en Arica y Santiago se registró una disminución significativa.
Para la doctora Karina Backit Lavin, jefa de la Unidad de Pacientes Críticos de San José Interclínica, los datos confirman la necesidad de fortalecer la prevención. "El ACV es prevenible en un 80% de los casos si actuamos sobre los factores de riesgo. Controlar la presión arterial, mantener una alimentación saludable y realizar actividad física regular son decisiones que pueden cambiar el curso de la vida de una persona", explica.
Entre los hábitos protectores, la especialista destaca la importancia de una nutrición equilibrada, libre de excesos de sal, grasas y azúcares. También aclara algunas creencias frecuentes. "El café no es perjudicial si se consume con moderación. Dos o tres tazas al día son seguras para la mayoría de las personas y pueden aportar antioxidantes, salvo en quienes presentan hipertensión no controlada", señala. En cambio, advierte que el vino no debería considerarse una herramienta preventiva: "los antioxidantes que se le atribuyen pueden obtenerse de manera más segura a través de frutas y verduras frescas".
El ejercicio físico regular es otro pilar fundamental. No es necesario realizar rutinas intensas; caminar, subir escaleras o bailar de forma constante puede ser suficiente. "Disminuye la presión arterial, mejora la circulación y protege al cerebro frente a un evento vascular”, comenta Backit.
El doctor Jorge Cruz Terraza, coordinador de Urgencias de Tarapacá Interclínica, subraya que la prevención del ACV debe entenderse desde una perspectiva integral del bienestar. "La salud cardiovascular no depende solo de la dieta o el ejercicio. Mantener vínculos afectivos, participar en redes sociales activas y compartir tiempo de calidad son factores que influyen directamente en la salud emocional y física", sostiene.
A ello se suma la estimulación cognitiva. Actividades como leer, aprender un idioma, tocar un instrumento o cocinar contribuyen al fortalecimiento de la "reserva cognitiva", que actúa como un factor de protección ante el deterioro neurológico. "Mantener la mente activa y curiosa favorece la plasticidad cerebral y un envejecimiento más saludable", agrega Cruz.
Los expertos coinciden en que la prevención no depende de una sola acción, sino de la suma de decisiones cotidianas. Dormir lo suficiente, evitar el consumo de tabaco y alcohol, manejar el estrés y sostener relaciones sociales y afectivas son componentes inseparables del bienestar. "Cada hábito cuenta. La prevención se construye día a día, con pequeñas elecciones que, en conjunto, reducen significativamente el riesgo de sufrir un ACV", concluye Cruz.

 
									 
								 
 
									
								


