Día Mundial contra el ACV enfatiza en el reconocimiento de síntomas
Pérdida de fuerza en un lado del cuerpo, alteración del lenguaje y dolor de cabeza extremo, son algunos de los síntomas que se pueden presentar y que deben ser atendidos con inmediatez.
El próximo 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), fecha en la que se busca concientizar a la población respecto a los principales síntomas que pueden dar alerta sobre este episodio y así poder recurrir oportunamente a un centro de salud.
La importancia de ello radica en que los ACV representan la segunda causa de muerte en el mundo y una de las principales razones de discapacidad, según el estudio Global Burden of Disease 2015. Estos pueden ocurrir a cualquier edad y, en el último periodo, la incidencia en menores de 45 años ha aumentado, representando entre el 10 al 15% [1].
Cada 40 segundos una persona sufre de un ACV y cada 4 minutos muere una persona en el mundo a causa de esta enfermedad. Se estima que un 25% de la población mundial sufrirá de un ictus en su vida. Es por esto que los especialistas advierten que reconocer los primeros síntomas de un accidente cerebrovascular y actuar de inmediato puede salvar vidas y evitar complicaciones a largo plazo.
"Existen, principalmente, dos tipos de accidentes cerebrovasculares: el isquémico o infarto cerebral, que se produce por la obstrucción de un vaso, y el hemorrágico, que se origina por su ruptura. Si el flujo de sangre se detiene o altera, el cerebro deja de recibir nutrientes y oxígeno normalmente, con lo que las células cerebrales pueden dañarse, generando secuelas. Por eso, ante la presencia de señales, hay que actuar de inmediato, ya que ese tiempo es muy valioso", señala la coordinadora de neurología de Clínica Bupa Santiago, doctora Catherine Volaric.
Además, explica que, en caso de detectar alguno de sus síntomas, "es fundamental que la persona acuda de inmediato para poder hacer una trombólisis cerebral, y así poder retirar el coágulo alojado en la arteria. Esto, en muchas ocasiones, permite que el paciente consiga una importante o completa recuperación, evitando secuelas".
Respecto a los factores de riesgo, o comportamientos que lo propician, los principales son la hipertensión arterial, edad avanzada (sobre 60 años), tabaquismo, colesterol elevado, la diabetes mellitus y el sedentarismo.
"En este sentido, lo más importante para ayudar a prevenirlos es controlar adecuadamente los riesgos cardiovasculares, hacer cambios de hábito que favorezcan una vida más saludable, llevar una alimentación equilibrada, moderar el consumo de alcohol y eliminar el tabaco".
Referencias
[1]Reddy, K. S. (2016). Global Burden of Disease Study 2015 provides GPS for global health 2030. Lancet, 388(10053), 1448–1449
