Controles sanitarios y vida social en geriatría
Retomar los chequeos de especialidad y las actividades que estimulen aspectos cognitivos son prioridades para recuperar la salud de adultos mayores afectada en pandemia.
Las personas mayores fueron quienes más sufrieron como consecuencia del confinamiento derivado de la pandemia por COVID-19, tanto en su salud física como mental, planteó la doctora Erika Astorga Saavedra, jefa de la Unidad de Geriatría del Hospital de Puerto Montt.
De acuerdo con la especialista, el aislamiento preventivo y la falta de sociabilidad derivó en la interrupción de tratamientos acentuando el impacto de trastornos propios de este grupo etario. “Ha sido notorio el deterioro en aquellos pacientes que previo a la crisis ya presentaban diagnósticos tempranos de enfermedades degenerativas. Las cuarentenas promovieron el sedentarismo, aislamiento y soledad, además del sentimiento de exclusión. Esto generó un descenso en el estado de salud general”.
Para la geriatra, una de las lecciones más importantes que deja la pandemia es lograr un equilibrio, vale decir, que los resguardos frente una patología infectocontagiosa no se traduzcan en un empeoramiento de cuadros preexistentes.
Las recomendaciones frente a este escenario son volver paulatinamente a las rutinas prepandémicas y, sobre todo, reincorporar los controles sanitarios y la adherencia a las terapias que estaban en marcha.
“La falta de actividad física repercutió negativamente, se perdió masa muscular y flexibilidad aumentando los riesgos de sufrir accidentes y fracturas. Ahora que tenemos más luz solar y las temperaturas suben es conveniente retomar ejercicios moderados, caminatas al aire libre y la vida social para reforzar aspectos cognitivos. Los dispositivos de atención primaria cuentan con los profesionales idóneos y lineamientos adecuados para intentar revertir los efectos de la emergencia”, subrayó la doctora Astorga.

Dra. Erika Astorga Saavedra