Analizan deudas y desafíos del desarrollo urbanístico
La falta de planificación en el crecimiento de las ciudades impacta en la calidad de vida de sus habitantes planteando retos que fueron abordados por Arte y Cultura SAVAL.
Actualmente más de 50% de la población mundial vive en ciudades lo que se traduce en una serie de desafíos urbanísticos y arquitectónicos destinados a reducir los impactos y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
“La ciudad nos daña y beneficia de distintas maneras. El 25% de nuestra salud está condicionado por este sistema de vida. En Barcelona y Madrid la contaminación provoca hasta 800 muertes prematuras al año y varias de las urbes de esa parte del mundo superan los límites legales fijados por la Unión Europea”, comentó Fernando Marín Cruchaga, arquitecto y docente de la Universidad de Chile y exdecano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Mayor.
El destacado académico profundizó en este tema durante una conferencia inserta en el ciclo 2022 del programa Arte y Cultura SAVAL, iniciativa de Laboratorios SAVAL que desde hace más de 20 años se ha propuesto impulsar diferentes expresiones de las humanidades y del conocimiento. El evento titulado “La ciudad puede dañar: situaciones urbanísticas y su impacto sobre las personas” reunió en formato telemático a médicos y profesionales de la salud de todo Chile.
“Se ha demostrado que tener espacios verdes a menos de 300 metros de los hogares disminuye la polución, temperatura y niveles de ruido. De igual modo, jugar en espacios naturalizados con mucha biodiversidad incrementa el sistema inmunitario de niños, niñas y adolescentes, aspectos que deben ser considerados en el diseño y planificación urbanística de nuestras ciudades ya que 90% de la población nacional reside ahí”, agregó el exjefe del Departamento de Gestión Urbana del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Respecto a su diagnóstico y abordaje, Fernando Marín aseguró que para hablar de planificación y calidad de vida “debemos dejar de separar las obras públicas y privadas y tener una visión integral. Toda intervención que impacta el espacio urbano es pública. Si bien la ciudad es el problema, también puede constituirse en la solución”.
“Es fundamental contar con políticas de Estado integrales, sistémicas y sostenibles, que sean resultado de un trabajo participativo y que contemplen criterios globales, pero con aplicaciones y recursos locales. Esta es la forma correcta de enfrentar problemas como la segregación, pobreza, hacinamiento, contaminación, congestión y gobernanzas débiles”.
Antes de la ronda de preguntas conducida por Luis Alberto Lindermeyer, coordinador de extensión de Laboratorios SAVAL, el arquitecto concluyó su presentación planteando que toda urbe debe crecer respetando tres premisas básicas: sustentabilidad, eficiencia y compromiso con la interacción social, vínculo e identidad de sus habitantes.

Sr. Fernando Marín Cruchaga