Académico japonés maravilla a niños de Red Salud UC con “cubos mágicos”
El profesor Takaaki Sonoda, de la Universidad de Fukuoka (Japón), recorre el mundo realizando peculiares visitas a niños hospitalizados.
Takaaki Sonoda es doctor en físico-química y conocido internacionalmente por sus investigaciones dentro del área. Durante un complejo momento de su vida personal, el académico se percató que los niños del área oncológica no jugaban y que estaban perdiendo gran parte de su niñez por dedicarse a su tratamiento. Y por ende, se prometió hacer algo al respecto.
Fue durante el año 2013, que el científico descubre la técnica de los cubos-caleidoscopio y decide convertirse en un “misionero caleidoscópico”, difundiendo este arte entre los pequeños hospitalizados de todo el mundo. Gracias a sus contactos académicos en el área de la físico-química, ha podido viajar y enseñar esta actividad en centros de salud de diversos países, como Alemania, Polonia, Rusia, Holanda, Corea, Filipinas y Estados Unidos. Esta es su primera vez en Chile.
Invitado por el Centro Down UC, que aglutina a académicos de varias facultades en torno al desarrollo integral de las personas con Síndrome de Down, el profesor Takaaki Sonoda estuvo impartiendo su taller en la Escuela Hospitalaria del Hospital Clínico UC, donde una decena de niños aprendieron a hacer sus propios “cubos-caleidoscópicos”, junto a sus padres y a alumnos de medicina y odontología.
“Es muy bonito ver a cada niño feliz porque han creado su propia obra de arte. Por eso, cuando termina el taller les pido a todos que miren dentro de los cubos de los demás, para que se den cuenta que el de cada uno es absolutamente original”, señala el profesor Sonoda, quien durante el taller pide que, por favor, no lo llamen así, sino “misionero caleidoscópico”.
Por su parte, la doctora Paulina Humeres, académica de odontología UC y gestora de la visita de Takaaki, expresó que esta experiencia significó “ver a nuestros pacientes y sus padres desde otra perspectiva, más allá de lo asistencial; los talleres fueron un momento de compartir con alegría como una gran familia, donde la creatividad de los niños nos conmovió a todos y nos deja la motivación y compromiso de “misionar con nuestros caleidoscopios”, más allá de la experiencia vivida este fin de semana”.
La jornada sin duda significó un momento de grata alegría entre los pequeños pacientes y sus padres, quienes gozaron de las risas que se originaron gracias al taller.
