Hospital Padre Hurtado implementó técnica de Láser Verde
Se estima que a partir de los 60 años cerca de la mitad de los hombres sufre de Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP), cifra que se eleva al 80 por ciento en el caso de los octogenarios, con síntomas característicos como la micción intermitente, disminución del flujo de la orina o el aumento de la frecuencia urinaria durante la noche, alterando la calidad de vida de los afectados.
Caracterizada por el agrandamiento no canceroso de la glándula prostática, actualmente la forma más avanzada para tratar esta patología es la cirugía de vaporización fotoselectiva -también conocida como láser verde-, técnica que fue desarrollada por el doctor Reza Malek, de la Clínica Mayo de Rochester, Estados Unidos.
Aunque existían tratamientos similares, el uso del láser verde ha permitido una mayor precisión en el halo de luz, con una efectividad igual a la de la cirugía tradicional, pero con menos efectos secundarios.
La fotovaporización se realiza a través de un sistema óptico que se introduce en la uretra y por el que circula una fibra láser KTP de luz verde, que emplea la energía directamente sobre la zona que se quiere extirpar. Cuando se aplica el láser a la próstata, el calor generado hace que el tejido se convierta en vapor de agua y se elimine a través de un sistema de irrigación continua, al mismo tiempo que se cierran los vasos sanguíneos, lo que evita que se produzcan sangramientos.
Este método produce la evaporación de uno a dos gramos de tejido prostático por minuto, lo que permite tratar próstatas de más de 100 gramos, que antes sólo se podían abordar a través de cirugías abiertas.
El procedimiento fue aplicado por primera vez en Chile en Clínica Las Condes a principios de 2005 y, desde este año, se realiza en el Hospital Padre Hurtado, lo que significa un gran avance puesto que la HBP es una patología Auge. Sólo durante 2006, en este centro asistencial fueron operados 205 pacientes, utilizando técnicas tradicionales.
Dadas las ventajas de la técnica del láser verde, la dirección del centro de salud decidió capacitar a sus urólogos en este procedimiento ambulatorio que permite una rápida reincorporación del paciente a las actividades habituales.
El procedimiento se efectúa en Pabellón Ambulatorio y en una primera etapa de marcha blanca se efectuó el post operatorio de los pacientes en el Área de Hospitalización de Cirugía durante un día. Sin embargo, una vez consolidado el procedimiento se contempló el seguimiento del paciente dentro del mismo Pabellón Ambulatorio y el alta desde ese lugar durante la tarde del día de la intervención.
Los pacientes después de la cirugía quedan sólo con sonda vesical, lo que facilita el manejo de enfermería, enfocado fundamentalmente a la medición del débito urinario y a la presencia de sangre en la orina. Después de algunas horas, se retira la sonda, se espera que el paciente orine espontáneamente y es dado de alta a su domicilio con instrucciones precisas de consultar por teléfono o personalmente en el hospital en caso de alguna urgencia relacionada con la cirugía.
