Estudian mecanismos biológicos del estrés
El estrés es una parte normal de la vida de toda persona y en bajos niveles es algo bueno, ya que motiva y puede ayudar a los individuos a ser más productivos. Sin embargo, el exceso o una respuesta fuerte de este elemento puede ser dañino, predisponiendo a la persona a tener una salud general deficiente, al igual que enfermedades físicas y psicológicas específicas como enfermedad cardiaca o depresión. El estrés persistente muchas veces genera ansiedad y comportamientos nocivos como desórdenes alimentarios, consumo de alcohol o drogas.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Chile la prevalencia en la vida de los principales trastornos mentales es de 36% y los más frecuentes son la agorafobia (11,1%), la depresión mayor (9,0%), la distimia (8,0%) y la dependencia del alcohol (6,4%).
En general, estas afecciones explican 15% del total de años de vida saludable perdidos por enfermedad, lo que ha significado la necesidad de una conducta activa por parte del Estado, lo que en Chile se tradujo en la aplicación de estrategias de salud pública agrupadas en dos planes nacionales de salud mental y psiquiatría puestos en marcha por el Ministerio de Salud en los años 1993 y 2000.
Considerando que se trata de una nación con alta prevalecnia de este tipo de patologías, también resultan fundamentales las investigaciones en esta materia, especialmente aquellas orientadas a prevenir elementos que pudieran detonar la aparición de enfermedades mentales, como es lo que ocurre con el estrés persistente.
Es así como un grupo de investigadores compuesto por especialistas de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Universidad de Los Andes están desarrollando un estudio respecto a esta problemática, el cual es financiado por el Estado de Chile y el Banco Mundial, con una asignación de 150 millones de pesos anuales, por tres años, para la investigación de los mecanismos biológicos del estrés y de los fármacos antidepresivos. La aplicación práctica del estudio es contar con medicamentos que actúen de manera más rápida.
El equipo de investigadores tiene como titular a la doctora Úrsula Wynecken y como co investigadores a los doctores Fernando Orrego, de la Universidad de los Andes y Alexis Dagnino de la Universidad Católica.
Asociadas al proyecto están las universidades Austral de Chile, Católica del Norte y colaboradores extranjeros del Leibniz Institute for Neurobiology, de Alemania, y de las universidades de Harvard, Stanford y Washington, de Estados Unidos, todas las cuales son centros de referencia mundial en este campo.
La doctora Úrsula Wynecken estudió Bioquímica en la Universidad de Chile. Es magíster en Neurobiología y Ciencias de la Conducta por la Universidad de Chile y doctora en Biomedicina por la misma universidad. Ha hecho estadías de posdoctorado en el Leibniz Institute for Neurobiology de Magdeburg, Alemania y, desde 1996 es investigadora y profesora de Neurociencias en la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes.
