Dr. Pablo Casanegra recibió grado de Profesor Emérito de la Pontificia Universidad Católica de Chile
En reconocimiento a su larga y destacada trayectoria como académico, médico e investigador, el cardiólogo Pablo Casanegra Prnjat fue nombrado Profesor Emérito de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
La ceremonia, que se realizó en el Salón de Honor de la Casa Central del plantel el 6 de mayo de 2005, fue presidida por el profesor Carlos Williamson, prorrector académico de la PUC, y contó con la presencia de las más altas autoridades de la casa de estudios y de la Facultad de Medicina, así como familiares y amigos del profesional.

En la oportunidad, el doctor José Antonio Rodríguez, quien ha sido su más cercano colaborador durante cuatro décadas, hizo una emotiva reseña de la trayectoria del doctor Casanegra, académico que ha estado estrechamente ligado a la Facultad de Medicina de la PUC durante 54 años. Primero, como alumno y becado, después como médico, profesor y decano, cargo que ocupó en dos oportunidades (1974 y 1983). Además, el especialista fue jefe del departamento de Enfermedades Cardiovasculares por 30 años.
Por su parte, el doctor Casanegra se mostró muy agradecido por la distinción. “Esta facultad es mi casa, he vivido más horas dentro de ella que en mi propio hogar. Me emociona y me sorprende este reconocimiento, porque sólo me he dedicado a trabajar toda mi vida, sin esperar algo a cambio”.
Según el especialista, su interés por la medicina forma parte de sus genes, pues dos de sus primos siguieron la misma carrera profesional. Pero cuenta que quien más influyó en su decisión, fue el pediatra Arturo Scroggie, médico que atendía a su familia cuando era niño. “Mi hermana mayor enfermaba y todo era grave en ella, era muy frágil. Llamaban al doctor y con eso bajaba la angustia de la familia. Cuando llegaba, la revisaba y le decía a mi madre que se le pasaría pronto. Se acercaba y me decía: ‘a ti también te va a venir’. Yo tenía cinco años y, al escucharlo, me parecía que predecía las cosas, que su labor era como un acto de magia. Siempre le tuve mucha admiración y quise ser como él”, recuerda el doctor Casanegra.
